Santiago Sosa
La República de Alturas adquirió su nombre debido a una expresión de un famoso explorador que andando en una expedición subieron a unas tierras altas en las que les agarró un mal tiempo: vientos fuertes, granizo, lluvia, bajas temperaturas… y ese temporal los obligó a bajar para ponerse a salvo y cuando lo lograron se escuchó la expresión de: Gracias a Dios que bajamos de esas alturas, pero algunos se quedaron y luego otros de diferentes nacionalidades llegaron por la riqueza que según decían allí había, todos llegaban y usaban como referencia la palabra alturas y luego los nativos y criollos aceptaron sin darse cuenta en qué momento el nombre de la República de Alturas, con el tiempo le agregaron libre, soberana e independiente. Los altureños llegaron a formar un país con todo, en realidad siempre fueron unos pocos los que decidían lo que otros debían hacer, pero estos a las mayorías les hacían creer que eran ellos lo que decidían y lo que pasaba es que los inducían a participar en elecciones y para eso usaban el voto secreto depositándolo en urnas y estas urnas eran bien cuidadas cuando los procesos electorales habían madurado con el paso de los años y así fue que las urnas y el voto secreto fueron venerados y considerados como la forma más civilizada y democrática para que el pueblo tomara las mejores decisiones para el bienestar y la democracia de Alturas, era una democracia de inducción electorera porque habían desarrollado un sistema de instituciones legales apoyados por campañas mediáticas para que todos votaran creyendo que participaban en la democracia y así llegaron a elegir; regidores, vicealcaldes, alcaldes, presidentes, diputados, y los electos sobre todo los diputados decían que las elecciones con voto secreto depositado en urnas eran fiestas cívicas y luego de las tomas de posesión con bombos y platillos venían los nombramientos de otras autoridades electas por los que habían sido elegidos con los votos secretos depositados en urnas, es decir, que a estas otras autoridades las elegían de dedo, por algunas razones no usaban el voto secreto depositado en urnas.
Una vez sucedió que a un presidente electo en urnas con voto secreto, se le ocurrió usar el mismo sistema civilizado y democrático para consultarle al pueblo en una encuesta pública, sobre una opinión de interés nacional y no había terminado de hablar haciendo su planteamiento, cuando los diputados electos con voto secreto depositado en urnas, gritaron y pegaron su grito al cielo diciendo en coro: ¨No, eso es ilegal, es un delito, lo prohíbe la constitución¨, y el eco sonó en Alturas por todos los rincones reproducido por los medios de comunicación, quienes se constituyeron junto a las autoridades electas por los dedos que manoseaban la Constitución en guardianes y defensores de la Constitución, y maldijeron y gritaron que usar el voto secreto depositado en urnas para que el pueblo tomara decisiones era el peor delito que se le podría hacer a la república y al sistema democrático que habían construido.
Mientras tanto la clase económicamente dominante con sonrisa diabólica y sus encantamientos con dinero en efectivo, ordenaba que les soltaran las cadenas a las fieras de garras que vestían de uniforme.
Tomado de Isla Negra.
Victor Manuel
martes, 6 de octubre de 2009
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