El Ministro de Gobernación y Justicia, Victor Meza, denunció esta mañana la brutalidad con que el ejército desmanteló a los manifestantes que apoyan al gobierno elegido de Mel Zelaya. Desde luego, esto se da en el marco de un Estado de Sitio, derogado teóricamente por el Gabinete de Facto, pero que se publicará en la Gaceta cuando al gobierno golpista le parezca conveniente a sus intereses.
Es evidente que la ultraderecha internacional sigue tomando las iniciativas en para una posible salida del conflicto político. Esta ultraderecha ha logrado establecer las condiciones para un diálogo y negociación, dejando a los organismos multilaterales y al mismo gobernante de la Casa Blanca, obligados a jugar el juego bajo sus propias condiciones.
Siguen ganando tiempo, hacen que la reinstalación del gobierno elegido por el pueblo se dilate y si es posible no se llegue a reinstalar. Con ello siguen mostrando una fuerza que creció durante la presente década con el apoyo del gobierno hegemónico mundial buchista. Esa fuerza de la ultraderecha es una amenaza latente no solamente para los gobiernos latinoamericanos pero para los del norte del hemisferio.
Los organismos multilaterales aparentan fortaleza en sus convicciones, pero demasiado débiles en sus acciones. Es posible que la crisis económica mundial los tenga en una depresión también política, como para hacer frente a las amenazas de la ultraderecha internacional.
La cooperación internacional debe saber que el gobierno de facto está aprovechando cada día de poder para extraer los recursos del Estado, recursos no para servirle al pueblo pero para resolverle los problemas económicos a los golpistas. En uno de los ministerios se corre el rumor que el nuevo ministro ya resolvió la deuda que tenía hasta el 28 de junio de siete millones (7 millones de lempiras) porque logró obtenerla desde su alto cargo público. Como no han tenido que hacer la declaración de bienes en el TSC, al ocupar el cargo, tampoco se les va a investigar cómo manejaron los recursos del Estado en estos meses de gobierno de falto.
Muchos piensan que el gobierno de facto es un tanto torpe para gobernar, pero esa impresión puede ser falsa. Ellos tienen propósitos invisibles que sí los están logrando cumplir. Además de robarle al Estado impunemente, es el de evitar que las fuerzas liberales y sociales logren el propósito de reestructurar las instituciones del Estado para mejorar la democracia, lo que debe pasar por una Constituyente donde participen activamente los diferentes sectores sociales, económicos y políticos. El otro objetivo es el de sentar una base o plataforma en Honduras para continuar con la embestida política regional. Lo que en la década de los ochenta fue una plataforma militar, esta vez se trata de una plataforma política que se una a los eslabones de Panamá y Colombia.
El Frente de Resistencia tiene que pensarlo bien y no dejarse llevar por ningún canto de sirena. El pueblo les puede condenar si fracasan y se dejan llevar por procedimientos establecidos por las élites políticas dominantes.
Sofia Barralaga
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