PERIODISTA ALEJANDRO CASCO
Con la negativa a suscribir el acuerdo de San José, en la reunión sostenida el 16 de septiembre con el Presidente de Costa Rica, Oscar Arias, los cuatro candidatos presidenciales de la oligarquía en las elecciones del 29 de noviembre próximo, lo único que se provee es que estamos a las puertas del surgimiento de la violencia en Honduras.
Ninguna persona cuerda y sensata puede desear enfrentamientos que desencadenen situaciones de convulsión social, pues los más vulnerables resultan ser las fuerzas populares desprovistas de armas u otro instrumento para defenderse de la fuerza pública que está fortificada con arsenal de diverso calibre.
Sin embargo, las leyes que rigen los procesos de la sociedad no provienen de la voluntad de personas, sino que surgen como producto de la agudización de las condiciones sociales, políticos y económicos, ante lo cual los actores protagónicos del pueblo deben asumir el papel en la actual coyuntura nacional ante la oligarquía promotora del Golpe de Estado del pasado 28 de junio.
Por tanto, ante los hechos acaecidos últimamente, sin necesidad de ser sociólogo o pitonisa, revela que estamos a las puertas de la convulsión social por la terquedad de los golpistas al incumplir los mandatos de la Comunidad Internacional, a través de la ONU y la OEA, y violentar la Declaración Universal de los Derechos Humanos, que contiene derechos fundamentales como la libertad de expresión, el respeto a la vida, la libre locomoción y poder reunirse en manifestaciones pacíficas.
Al transcurrir más de 80 días, tanto los organismos internacionales mencionados y el Gobierno de Estados Unidos han aprobado decisiones que los golpistas no sólo las incumplieron, como es la reinstauración del Orden Institucional y el retorno del Presidente de la República, Manuel Zelaya Rosales, sino que los ha retado al manifestar sus voceros principales, porque poco les importa las recomendaciones ordenadas para entregar el poder político asaltado por las armas de los militares.
Con los acontecimientos suscitados queda al descubierto que los candidatos presidenciales en las elecciones programadas para noviembre próximo, del Partido Nacional, Porfirio Lobo, del Partido Liberal, Elvín Santos, del Pinu, Bernard Martínez, y Felicito Ávila, de la Democracia Cristiana de Honduras, al rechazar retornar el Orden Institucional de la República, se desenmascaran que los 4 están involucrados en el golpe de Estado.
Lo anterior queda al descubierto porque estos cuatro Partidos Políticos cuando se produjo el golpe de Estado, sus diputados aprobaron una supuesta renuncia del Presidente Constitucional, Manuel Zelaya Rosales, en vez de investigar por qué los militares secuestraron y extrañaron del país al legítimo mandatario de la República.
Cómo evoluciona el panorama político el pueblo hondureño, por medio de la RESISTENCIA NACIONAL, aún abriga la esperanza que la crisis nacional pueda resolverse con la entrevista , a realizarse el próximo 23 de septiembre, entre el gobernante genuino de los hondureños, Manuel Zelaya Rosales, y el mandatario de los Estados Unidos de Norte América, Barack Obama, donde se espera se apruebe un ultimátum a los golpistas.
La petulancia de los golpistas no es nueva entre los dictadores porque sus representantes creen que con las armas pueden humillar a los pueblos y apropiarse de los bienes del Estado, sin embargo, habrá que recordarles lo que les ocurrió a totalitarios que manejaban a su antojo las naciones, tal es el caso de Fulgencio Batista en Cuba, Anastasio Somoza Debayle, en Nicaragua, el Sha de Irán, para sólo mencionar algunos, pero observemos que les pasó al final a estos déspotas.
Debemos seguir en Resistencia Pacífica, pero si los acontecimientos no hacen entender a estos golpistas, el pueblo de Honduras, utilizando su inteligencia y su espíritu de organización, debe comenzar a utilizar todas las formas de lucha.
La geopolítica está de parte del Pueblo hondureño, tenemos fuerzas amigas en todos los países de Centro América, lo único que tenemos que actuar sabiamente para aprovechar esta coyuntura que nos permitirá forjar un nuevo país alejado de los oligarcas que tanto daño han causado por más de 100 años, por medio de sus partidos políticos tradicionales (Nacional y Liberal).
Habrá que recordarles a los gorilas y a sus amos, los empresarios explotadores, el artículo número 3 de la Constitución de la República, que dice:
“Nadie debe obediencia a un gobierno usurpador ni a quienes asuman funciones o empleos públicos por la fuerza de las armas o usando medios o procedimientos que quebranten o desconozcan lo que está Constitución y las leyes establecen. Los actos verificados por tales autoridades son nulos. El pueblo tiene derecho a recurrir a la insurrección en defensa del orden constitucional”.
La oligarquía hondureña es tan atrasada, no se ha dado cuenta que, con sus actos ha permitido concientizarnos para construir una nueva República, a través de la próxima Asamblea Nacional Constituyente, no a las ELECIONES DE LOS GOLPISTAS PEPE LOBO Y ELVIN SANTOS.
Miembro de la MRP.
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