miércoles, 30 de septiembre de 2009

LA CARTA ROLSTON

Las compañías bananeras para aumentar las ganancias, utilizaron todos los medios posibles, sobretodo, la explotación de la mano de obra. Hillyer V. Rolston, lugarteniente de Zemurray, que luego se convirtió en uno de los dueños de la United Fruit Company, lo evidenció en una carta que envió a uno de sus abogados. Es así como nace la famosa Carta Rolston, escrita el 20 de Julio de 1920, que en su parte medular dice:

“Debemos producir un desgarramiento en la incipiente economía de este país, para aumentar sus dificultades, y se faciliten nuestros propósitos. Debemos prolongar su vida trágica, tormentosa y revolucionaria; el viento solo debe soplar a nuestras velas, y sus aguas humedecer no más que nuestras quillas.

Estamos, pues en el punto de partida, tú conoces mejor los hombres que yo. A tu llegada te mostraré una lista de las tierras que debemos obtener, si es posible, de inmediato; debemos parar a Goodel en "El Bográn State", vamos a forjarnos un plan bien estudiado para su desarrollo.”
 
Tomado de la página web www.historiadehonduras.org
 
Es increible, como los problemas internos de un país que lucha por su superexistencia sea una gran oportunidad para otros.

Fabricio Estrada  escribió:
Cuando los fiscales llamaron a la desobediencia civil
como respuesta moral del pueblo a la indiferencia del
poder instituido con respecto a su lucha actual,
consignaron -intrinsecamente- los postulados del
pensador norteamericano Henry David Thoreau
(1817-1862).

Thoureau, en su libro "Desobediencia Civil" (1849) nos
da un marco teórico invaluable para vislumbrar a
profundidad las motivaciones de este llamado de los
fiscales y también, las posiciones individuales que
todo ciudadano puede llegar a tener en contextos
históricos como el que vivimos actualmente en
Honduras.

El Colectivo de Poetas Paíspoesible distribuye hoy
estos fragmentos de la obra en mención, con el afán de
aportar, teóricamente, pensum a una lucha que debe 
fortalecerse en cada uno de sus fundamentos y posibles
escenarios. 

Marel Medina

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