Rodrigo Durão Coelho
Enviado especial de BBC Brasil a Tegucigalpa
Un diplomático brasileño dijo que entre 50 y 60 partidarios de Zelaya, entre ellos su esposa y otros parientes, permanecen en la embajada.
El aislamiento impuesto desde el lunes a la embajada brasileña en la capital de Honduras, Tegucigalpa, debido a la presencia en su interior del depuesto presidente Manuel Zelaya, ha causado una serie de incomodidades a los funcionarios, según explicó el diplomático brasileño Francisco Rezende Catunda.
"Hemos sobrevivido unos pocos días a base de galletas, una dieta muy irregular. Hoy (jueves) debemos tener nuestra primera comida normal", le dijo por teléfono a BBC Brasil.
"No llego a decir que me muero de hambre, pero la situación es bastante precaria. No tenemos ropa, jabón ni toallas. Muchos aquí tienen obligaciones familiares y la necesidad de irse, pero se les prohíbe", señaló.
El asedio de la embajada comenzó el lunes y la entrada o salida de personas está siendo controlada por los militares que rodean el lugar.
Situación delicada
El lunes, miles de partidarios de Zelaya fueron a la embajada tras conocerse que el depuesto mandatario se encontraba en su interior. Catunda estima que alrededor de 300 personas durmieron en la embajada en los primeros días.
El gobierno interino más tarde permitió la salida de algunos y ahora el diplomático brasileño dijo que entre 50 y 60 partidarios del depuesto presidente, entre ellos su esposa y otros parientes, permanecen en la delegación brasileña.
"Están siendo alimentados por la ONU. Es una situación delicada, apoyamos a Zelaya, pero no podemos dar cabida a tanta gente", aseguró.
Catunda explicó que ocho de los 12 funcionarios de la embajada obtuvieron permiso para irse. Y señaló que los permisos expedidos por él para el ingreso de personas al sitio no están siendo respetados por los militares.
"Ellos no afirman categóricamente que la entrada esté prohibida, simplemente no responden nada", agregó.
Luz y agua
Control de las provisiones
La comisión de derechos humanos de Honduras ha enviado provisiones a la embajada brasileña.
Catunda aseguró que el teléfono, la electricidad y el agua de la embajada fueron cortados el martes por unas horas. Actualmente, la comunicación con el lugar se realiza a través de teléfonos celulares o internet.
El diplomático brasileño dijo que espera que la llegada en los próximos días de una delegación de la Organización de Estados Americanos (OEA) ayude a normalizar la situación.
El Ministerio de Relaciones Exteriores de Brasil, dijo, enviará otros diplomáticos al lugar.
"Algo bueno en todo esto ha sido la postura de las misiones diplomáticas de Estados Unidos, Canadá, la Unión Europea y organizaciones como Unicef y Naciones Unidas, que nos vienen dando bastante apoyo", agregó.
viernes, 25 de septiembre de 2009
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