miércoles, 2 de septiembre de 2009

Porqué Honduras necesita su ayuda

From: Francisco Javier

Los hondureños están arriesgando sus vidas para derrocar el régimen
golpista, pero necesitamos apoyo internacional para reestablecer la
democracia.

Por Juan Almendares y Rafael Alegría
en guardian.co.uk

En los 47 días que van desde el secuestro de nuestro presidente electo
democráticamente, Manuel Zelaya, a la toma de poder por parte del
régimen de Roberto Micheletti mediante un golpe de estado, los
hondureños han sido testigos de ataques detestables contra nuestro
pueblo. Organizaciones de derechos humanos han documentado miles de
violaciones a los derechos humanos, como detenciones ilegales,
desaparición, tortura, asesinatos, uso excesivo de la fuerza y amenazas
de muerte. El miércoles, cientos de personas resultaron heridas y más de
40 fueron detenidas luego de que manifestantes de todas partes del país
confluyeron en la capital para exigir el regreso del Presidente Zelaya y
su gobierno electo democráticamente.

Además de esta violencia generalizada, los líderes y activistas del
movimiento social, entre ellos los grupos como los nuestros – Amigos de
la Tierra Honduras y Via Campesina Honduras - están siendo cada vez más
atacados debido a nuestro apoyo a la resistencia al régimen golpista y
por intentar proteger a los hondureños comunes y corrientes que luchan
por sus derechos democráticos. El miércoles por la noche en la capital
del país, Tegucigalpa, se dispararon balas contra la oficina de La Via
Campesina, una alianza de agricultores campesinos – en un claro intento
de silenciar a una de las principales organizaciones del Frente Nacional
Contra el Golpe de Estado. Nuestros compañeros sindicalistas y otros,
también han sido atacados con bombas y secuestrados.

Hasta el momento el golpe se ha cobrado más de 10 vidas inocentes, pero
esta cifra será eclipsada por los hondureños comunes y corrientes que
sufren, si la comunidad internacional se queda de brazos cruzados y
permite que el régimen de Micheletti continúe en el poder. Muchos de los
movimientos políticos en Honduras, entre ellos los nuestros, luchábamos
por nuestros derechos políticos en los 80s cuando Estados Unidos apoyó
al ejército hondureño cuando cometió grandes violaciones a los derechos
humanos contra activistas políticos. Aún tenemos las cicatrices de esta
opresión, y trabajamos día a día para apoyar a los hondureños comunes y
a los pobres a alcanzar logros en materia de derechos básicos que les
han sido negados desde aquellos días. Esto incluye el derecho a un medio
ambiente limpio y saludable, a alimentos y a libertades políticas que
les ayudarán a garantizar estos y otros derechos.

La ola de políticas progresistas en América Latina había comenzado a
lograr mejoras importantes para los pobres y el medio ambiente en
Honduras y otras partes. Los ciudadanos comunes de Honduras, al igual
que las comunidades rurales y urbanas en toda América Latina, cargan el
peso de las realidades del mundo globalizado en el que vivimos día a
día. Debido a nuestras comunidades campesinas e indígenas que han sido
desplazadas por la minería o cuya tierra fue arrebatada para alimentar
la demanda insaciable de café, bananas, madera y otras materias primas,
a la reiterada destrucción de vidas y sustentos de comunidades
afrocaribeñas de la costa a causa de los fenómenos climáticos cada vez
más destructivos vinculados al cambio climáticos, el pueblo de Honduras
sabe muy bien que somos todos parte de un sistema internacional
intervinculado e interdependiente. Pero si otros dentro de ese sistema
saben de nuestra existencia, es otro tema.

Son los “intereses especiales” detrás del derrocamiento de Zelaya los
que ahora están difundiendo la desinformación sobre el golpe, como la
afirmación de que la destitución de Zelaya fue realizada en virtud de la
constitución de Honduras. Estas falsedades están diluyendo la ya
debilitada voluntad de las potencias mundiales como Estados Unidos y la
Unión Europea de apoyar el regreso de la democracia en nuestro país. La
respuesta de la comunidad internacional a nuestra situación ha sido
lamentable. La acción temprana de la Unión Europea de suspender la ayuda
presupuestaria a Micheletti fue seguida de silencio, y seguida más
fuertemente al otro lado del Atlántico donde Obama sorprendió a muchos
estadounidenses al no tomar siquiera un posición débil con relación al
golpe.

Los hondureños estamos acostumbrados a tener que defender nuestros
derechos, pero necesitamos el apoyo de la gente de todo el mundo para
ayudarnos a poner fin a esta última injusticia y nueva ola de violencia
contra nuestro pueblo. Los ciudadanos de Estados Unidos y Europa deben
presionar a sus gobiernos para que actúen. Los esfuerzos iniciales de la
UE deben ser seguidos de sanciones más fuertes como el congelamiento de
cuentas bancarias, la cancelación de visas, la implementación de
prohibiciones a los viajes. Hay muchas herramientas que sus países
tienen a disposición. Necesitamos que todos exijan que sus gobiernos las
utilicen.

fuente: http://www.guardian.co.uk/commentisfree/cifamerica/2009/aug/15/honduras-coup

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