Empujado contra la pared por la comunidad internacional e imposibilitado de confiar en los militares que han traicionado al presidente que ha hecho expulsar, Roberto Micheletti pudiera buscarse una salida, pidiendo refugio con el presidente panameño Ricardo Martinelli.
Lo estiman analistas que observan como estos dos políticos conservadores comparten una ascendencia italiana y han accedido al poder, uno por golpe de estado el otro por elecciones, a tres días de intervalo, con el objetivo confesado de oponerse a la ola progresista que recorre América Latina.
Micheletti se apropió de la dirección de su país el domingo 28 de junio, al expulsar al presidente legítimamente elegido. El magnate Ricardo Martinelli se llevo la presidencia de Panamá, 72 horas después, en comicios legítimos.
Aunque el Presidente Zelaya, fue quien representó a su país, con el firme apoyo de la comunidad internacional, en la inauguración de Martinelli, no hay duda que existe una cierta correspondencia en las ideas defendidas por ambos políticos, subrayan los analistas.
Un mes después del cuartelazo, el vicepresidente y canciller de Panamá, Juan Carlos Varela, hizo una sorprendente apología de las Fuerzas Armadas golpistas de Honduras por lo que calificó de “manejo responsable" y "profesional" de la crisis, ignorando el hecho de que estos militares balearon las puertas de la casa del presidente Zelaya que secuestraron y sacaron por la fuerza de su país.
La Cancillería de facto hondureña no deja de alegrarse por el “importante” anuncio de Panamá de que reconocerá los resultados de las elecciones de noviembre próximo.
De viaje a Italia, invitado por el primer ministro Silvio Berlusconi, Martinelli – hijo del inmigrante Ricardo Martinelli Pardini - fue a visitar su familia en Lucca, una localidad de Toscana. Por su parte, Micheletti es hijo de otro inmigrante italiano, Umberto Micheletti.
En una entrevista concedida recientemente al rotativo italiano “Il Giornale”, donde resaltó que usaba pasaporte italiano, Martinelli no escondió sus ideas profundamente derechistas: “El anti-Chávez soy yo, el italiano de América”, se exclamó.
Según fuentes, Micheletti ya ha perdido muchos de los apoyos que le permitieron realizar su cuartelazo. Varios de los patrocinadores originales de la operación se preocupan ahora para el futuro de sus inversiones, teniendo en cuenta las posiciones firmemente antigolpe expresadas internacionalmente.
El golpe fue sostenido en junio por un grupo de empresarios liderado por el ex presidente Carlos Roberto Facussé, dueño del periódico ‘La Tribuna' asociado a José Rafael Ferrari (Grupo Televicentro), Juan “Catex” Canahuati, Camilo “Ficohsa” Atala, el maderero José Lamas, el rey el combustible Freddy Násser, Jacobo Kattán, el Guillermo “Azucar” Lippman y el constructor Rafael Flores.
Jean-Guy Allard
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