Editorial: De nuevo con Honduras
Publicado el 23 Sep, 2009
Cuando creíamos que en Honduras ya todo estaba consumado, se produce sorpresivamente la aparición del Presidente Constitucional de Honduras, Manuel Zelaya Rosales, en Tegucigalpa.
Creíamos que todo estaba consumado: una Organización de Estados Americanos (OEA) vacilante; un Presidente panameño ayudando a maquillar el golpe de Estado; el Presidente Oscar Arias en un va y viene de consultas sobre un Acuerdo de San José agonizante; y mientras tanto el Presidente Zelaya en un periplo internacional sin fin. El tiempo venía transcurriendo a favor de los golpistas hondureños; y empezaba a cundir la desazón entre los sectores populares que se han resistido a aceptar las imposiciones de la nueva dictadura.
Las consecuencias para Honduras, de permanecer los golpistas en el poder aún celebrándose unas elecciones amañadas, serían fatales. Los perdedores serían los sectores populares organizados en cooperativas, en organizaciones comunales, en sindicatos, en organizaciones ambientalistas, en las etnias, en asociaciones de defensa los derechos humanos. Aceptar a Micheletti usurpando el poder bajo la protección del ejército hondureño, sería darle la razón cuando tiene calificados a los sectores populares como los sectores terroristas, pistoleros, vagabundos, fascinerosos, cuatreros. En estos momentos negros de la historia centroamericana, no podemos dejar abandonados a los sectores populares que luchan por sobrevivir en esta nación hermana, de las más pobres de nuestro planeta.
El Presidente Zelaya hizo lo que tenía que hacer; ha asumido su responsabilidad histórica y ha decidido sufrir los riesgos y los peligros que hoy sufre el pueblo hondureño. No ha llegado a Tegucigalpa a predicar violencia. Ha llegado a luchar por sus derechos y a reivindicar la reconstrucción de la democracia en su país.
La historia de América Latina está repleta de gobernantes defenestrados que han aceptado su derrocamiento y se han acogido a exilios de oro. Ese no es el caso del Presidente Zelaya.
Nos manifestamos de acuerdo con la decisión valiente y heroica del Presidente Manuel Zelaya y le auguramos un futuro victorioso en su afán de recuperar la institucionalidad y el estado de derecho en Honduras.
Rosa Maria
miércoles, 23 de septiembre de 2009
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