From: Comunicación Comunitaria
Así pretenden una votación “masiva” en las elecciones de noviembre
Los defensores del golpe de Estado tienen planificado presentar una altísima votación en las elecciones de noviembre, no porque la ciudadanía se movilice a las urnas, sino mediante la manipulación de resultados como se ha comprobado hicieron en las elecciones de 2005 cuando aumentaron los votos escrutados haciendo proyecciones de datos de hasta casi un cincuenta por ciento.
En meses pasados un técnico del Tribunal Superior Electoral,TSE, denunció en una emisora de cobertura nacional que en noviembre de 2005 no se contaron miles de actas electorales, pero en el informe final de las elecciones aparecen contabilizadas. Aunque se trataba de una denuncia muy seria, los periodistas no investigaron, el Tribunal no desmintió la versión, ni tampoco se tomó ninguna acción contra el denunciante como debió ser si la información era falsa, dado lo delicado del asunto.
La denuncia tenía fundamento. De acuerdo con información oficial obtenida del TSE, 2 mil 695 actas de Mesas Electorales Receptoras de todo el país no ingresaron al sistema de cómputo. El total de 2,695 actas sin contar suman una carga electoral mayor de 800 mil electores, considerando que se asignan al menos 300 electores por urna.
En el Departamento de Francisco Morazán casi el 40 por ciento de las actas nunca se computaron y como en los demás lugares se procedió a realizar la proyección en el mismo porcentaje de cuarenta por ciento o más.
El último corte del escrutinio se hizo el 12 de diciembre y tal parece que se aburrieron de contar o no quisieron seguir discutiendo sobre las inconsistencias de las actas faltantes. En ese corte la diputada más votada del Partido Liberal, Lizzi Flores, tenía 115 mil 704 votos, pero le proyectaron un 40 por ciento y en el informe final aparece con 192 mil 962. De igual manera, David Matamoros Batson, quien encabezó la planilla del Partido Nacional, tenía 83 mil 402, le hicieron su proyección y subió a 135 mil 860.
La repartición fue más o menos pareja puesto que la más votada del Partido Unificación Democrática, Doris Gutierres, pasó de 42 mil 721 a 75 mil 760. Se sabe que esto fue con el consentimiento del entonces presidente de la UD, César Ham, quien estuvo de acuerdo con que se parara de contar las actas y se realizaran las proyecciones a todos los resultados parciales.
Donde más actas quedaron sin contar fue en Francisco Morazán con 990, Cortés con 707, Yoro 201, Santa Bárbara 141, Lempira 121 y Olancho 107. El Departamento de Islas de la Bahía fue el de mayor escrutinio real al computar 87 de 89 urnas instaladas.
Supongamos que la proyección no haya afectado a ningún candidato y la lista de los electos sería la misma al hacer el corte el 12 de diciembre. El punto es que la Ley no autoriza a nadie a realizar esas operaciones y evidentemente constituye delito electoral.
La fórmula para la votación “masiva” está probada y afinada
La manipulación de datos del 2005 la supieron los representantes de los cinco partidos participantes y desde luego que todos los magistrados del TSE, pero nunca lo supo el pueblo quien supuestamente es el que escoge al ganador y tal parece que ninguno de los observadores internacionales.
Es posible que la operación haya sido sólo para salir del impase del conteo que casi cumplía medio mes, para que no se notara tanto el abstencionismo, para no dañar el ego de los candidatos o para aumentar la tajada de la deuda política. Pero también es probable que esos acuerdos concensuados al margen de la Ley pudieron servir para que cada argolla de los partidos favoreciera a sus allegados burlando la voluntad popular en las urnas.
Como les salió tan perfecto el 2005, ahora deben estar listos y afinados para repetirlo el 2009. El concenso ahora es mayor y el objetivo es “un verdadero compromiso patriótico: mostrarle al mundo que millones de hondureños fueron a las urnas para retornar al país al orden constitucional”. Es decir, engañar al mundo diciendo que los hondureños apoyan a los golpistas y por lo tanto tienen el derecho a ser reconocidos como los nuevos gobernantes.
De esa manera, aunque sólo voten 500 mil personas, basta con aplicarles el mismo porcentaje a todos y todas las candidatas, se mantendrán las diferencias porcentuales; pero se puede decir en los resultados finales que votaron 2 o 3 millones de personas, que hubo un gran respaldo a las elecciones y ¡Que viva la democracia!, en las computadoras.
Según los mismos datos del TSE el abstencionismo en 1980 fue de 18.66 y para 2005 aumentó a un 44.62 en todo el país y a más del 50 por ciento en importantes municipios. En un momento de crisis y desencanto de la población con los políticos, sería de esperar que el abstencionismo se eleve, sin embargo el Tribunal, los candidatos y los defensores del golpe de Estado aseguran que serán las elecciones de mayor participación en la historia.
Ahora comprendemos como lograrán esa histórica “votación”.
Periodista Bartolo Fuentes
28 agosto de 2009
www.honduraslaboral.org
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