miércoles, 23 de septiembre de 2009

Full of shit

Después de escuchar la aparición televisiva ―en otra cadena nacional― del canciller pirujo y de facto, leyendo una carta en nombre del diputado golpista de Yoro, en un inglés mediocre, inadmisible para una cadena nacional, es inevitable llegar a la conclusión que toda la comparecencia, tal y como remarcó acertadamente uno de los periodistas presentes en la pantomima, es un acto de la más pura demagogia, o, pronunciado en el idioma que prefieren ahora los “defactos”: the whole thing is utterly full of shit.

La propuesta que leyó el secretario de estado pirujo―y de facto― en la cartera de relaciones no nacionales ni internacionales [something like a secretary of state for nowhere land], contenía la paradójica idea de que el Presidente Zelaya Rosales debía avalar las elecciones del próximo noviembre, a cambio de verse impelido a entender que debido a que los poderes del estado son independientes y no están dispuestos a sobrepasar la constitución, su restitución está fuera de toda discusión. Conteniendo además, el mensaje subliminal de que quieren joderlo. Vaya farsa. La misma postura “bullshitera” que vienen sosteniendo desde los primeros días de las conversaciones de San José. Los golpistas no se han movido ni un ápice hacia la tolerancia, y dejan claro que no tienen absolutamente ninguna intención de resolver nada que no sea perpetuarse en la terquedad del golpe de estado, hasta las últimas instancias y sin importar las consecuencias. Proponen un diálogo, y al mismo tiempo urgen al gobierno brasileño a entregarles al prófugo de una justicia tergiversada. Es como servir la cena para los comensales, y luego vomitar encima de ella.

Mientras esta gente, que ha perdido en gran medida su contacto con la realidad, elucubra para asesinar a un pueblo levantado contra la imposición de las ciudades por cárcel, contra la falta de libertad, contra el atropello infame de los derechos humanos, contra el fucking golpe de estado, el Presidente Zelaya lamentaba en una entrevista radiofónica ―inmediatamente después de la patética cadena nacional bilingüe― la inconsecuente y fatídica respuesta del régimen represivo contra la verdadera propuesta de diálogo que el mismo Zelaya hizo el día de ayer, después de su llegada.

Por otro lado, el Presidente Zelaya aseveró que había recibido repetidas amenazas de un asalto a la Embajada del Brasil durante la noche de hoy, así como llamadas informando que el régimen tenía preparado el plan de asesinarlo y de declarar su suicidio. También declaró que jamás cometería tal acto de cobardía, y advirtió que un magnicidio solamente dejaría al país en una situación insostenible y previsiblemente trágica para toda la hondureñidad.
 

El estado de sitio nacional fue extendido nuevamente, de manera oficial, antes de finalizar la obscena cadena nacional, elevando a cincuenta horas el secuestro del país, de sus ciudadanos y de toda la actividad imprescindible que demanda la sociedad humana. Los empresarios están tan espantados ante la posibilidad de que les arrebaten su país corporativo, que siguen apoyando las extravagantes y suicidas medidas del régimen usurpador, no obstante las terribles pérdidas económicas que representan. El terror por la posibilidad de que el pueblo se organice para mostrar al mundo su definitivo repudio a los golpistas, está orillando al tirano y a sus socios golpistas, todos ellos hondureños bastardos, a cometer barbaridades de las que jamás podrán ser perdonados, pase lo que pase. Estamos ante tiempos históricos. Buenas noches Honduras, quizá mañana sea un día distinto.

Marco Antonio Arias M.
22 de Septiembre de 2009
10:40 pm

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