From: Los Necios
En Honduras la historia se repite,
El Sindicato de Trabajadores bananeros aplica las lecciones aprendidas de
la Huelga General de 1954 en la Resistencia al Golpe
Belén Fernández
The Narco News Bulletin
A mediados de agosto de este año, un contingente de policías hondureños
se concentró cerca de la sede de la Coordinadora de Sindicatos Bananeros
y Agroindustriales de Honduras -COSIBAH- en el pueblo La Lima, en el
noroeste hondureño. Fundado en 1994, COSIBAH es una federación de
siete sindicatos, tres de los cuales están fuertemente involucrados en la
resistencia al golpe del 28 de junio que derrocó al presidente Mel Zelaya.
De acuerdo a los dirigentes de la organización, la policía tenía la intención
de arrestarlos, pero que éstos habían cambiado de opinión luego de
percatarse del gran número de personas presentes en la sede para una
reunión; los miembros de la Coordinadora, sin embargo, siguieron la
reunión con algunas medidas cautelares extras, tales como el monitoreo de
vehículos sospechosos en el área y el mantener la puerta principal del
edificio bajo llave.
En cuanto a recientes intentos policiales que no han sido frustrados, Iris
Munguía-Coordinadora del Trabajo de la Mujer en COSIBAH-describe su
experiencia en un corte de camino antigolpista en San Pedro Sula el 2 de
julio. Ese día después de huir de los gases lacrimógenos, fue empujada al
fondo de una camioneta de la policía y posteriormente conducida a la
cárcel.
Luego de un posterior análisis de dichos incidentes, Munguía y sus colegas
llegaron a la conclusión de que la represión policial en Honduras trae el
tema de género consigo, mientras a los hombres se les golpea,
generalmente, en la cabeza y la espalda, a las mujeres se les golpea en las
piernas y en los glúteos. Munguía, describe también otras formas del trato
que la policía otorga a las mujeres, tales como el gritarles "¿Por qué no
estás en la casa cocinando?", o el meter sus lenguas en los oídos de las
monjas.
Aparte de Munguía, mis anfitriones de esa tarde en COSIBAH incluyeron a
la coordinadora de seguridad, Gloria García, al coordinador de medios,
José María Martínez y al organizador experto Nelson Nuñez. Todos ellos,
antiguos trabajadores de plantaciones, me ofrecieron los detalles logísticos
de la recolección de frutos y del proceso de empaque luego de apreciar un
colorido mural del tema en la pared de la sala de reuniones. La decoración
de otra de las paredes consiste en un cartel con la lista de los derechos
laborales y de un llamado a erradicar el empleo de temporada. Martínez me
explicó que éste es el obstáculo principal para la sindicalización. Él mismo
añadio que los trabajadores tienen la posibilidad de llamar a uno de los
cinco programas de radio gestionados por COSIBAH, para preguntar
acerca de sus derechos.
Nuñez trajo a tema las infracciones que se están aplicando a los
trabajadores de melón en el sur de Honduras, a los cuáles se les paga 80
lempiras al día, casi 4 dólares, mientras que el salario mínimo era de
135.17 lempiras. La campaña de COSIBAH para organizar a los
trabajadores del melón no solo está centrada en este "robo," cómo Nuñez
se refirió, sino también en la negativa de las compañias de otorgar
prestaciones médicas, además de la práctica de informarle a los
trabajadores que sino están contentos con las condiciones laborales, hay
muchos nicaragüenses listos para reemplazarlos.
Nuñez anunció, hablando de otros tipos de reemplazo, que muchas de las
plantaciones de plátano en las cercanías de La Lima habían sido
replantadas con palma africana, que produce aceite de palma y biodiesel.
La profesora de la Universidad de California, Dana Frank, conocida por
todos en COSIBAH, ofrece en su libro "El Poder de las Mujeres es Poder
Sindical: La transformación de los sindicatos bananeros en América Latina",
una explicación para la proliferación de la palma africana. Según Frank, las
empresas bananeras, como Chiquita, se aprovecharon de la destrucción de
la mayoría de las plantaciones de plátano hondureño que causó el huracán
Mitch en 1998 para amenazar con retirarse de las plantaciones
sindicalizadas sí éstas no se replantaban con palma africana, la cuál
requiere menos fuerza de trabajo y así, por consiguiente, menos exigencias
de los trabajadores.
Otro de los objetivos de la proliferación de la palma africana, fueron
sugeridas por Nuñez. Uno de ellos es la expropiación de tierras a los
pequeños agricultores que habían sido alentados a cambiar a la palma
africana, para luego caer en bancarrota debido al incremento en la
producción asiática de la palma, disminuyendo así su precio en el mercado.
Nuñez nombró al político y empresario hondureño, Jaime Rosenthal, como
un ejemplo de alguien que podría terminar en posesión de las tierras
expropiadas, y continuo listando algunas de las otras posesiones de la
familia Rosenthal, tales como: bancos, cocodrilos, el diario El Tiempo, y el
equipo de futbol Marathón - al cual, añadio con picardía, le iba la
coordinadora de seguridad Gloria García. García protestó riendo que el
coordinador de medios, José María Martínez era todavía peor que ella, ya
que, tenía afinidad por el equipo de futbol Olmpia, propiedad del golpista
Rafael Ferrari. En cuanto a los efectos ambientales destructivos de la palma
africana, que al parecer deja la tierra incultivable para otros cultivos, García
remarcó el peligro de ser inmediatistas sin tomar en cuenta el futuro.
Martínez, a su vez subrayó la importancia de tomar en cuenta el pasado,
especialmente cuando se trata del paro general de 69 días en 1954,
impulsado por los trabajadores bananeros de la nación y que paralizó la
economía hondureña y logró la formación de SITRATERCO, el Sindicato de
Trabajadores de la Tela Railroad Company. La Tela Railroad Company fue
la filial de la estadounidense United Fruit Company, y su sindicato fué el
primero en la historia hondureña. Martínez llamó la atención sobre el hecho
de que la actual resistencia al golpe de Estado en Honduras estaba, al
momento de la charla, rayando en los 69 días de existencia, y destacando
que para que un paro general pudiera paralizar una economía, éste tendría
que ser verdaderamente general. El describió una reciente reunión del
Frente de Comunicadores-trabajadores de medios de comunicación en
contra del golpe-durante el cual algunos participantes habían propuesto
llevar a cabo foros en Tegucigalpa y San Pedro Sula para considerar las
lecciones que dejó la huelga del 54, así como los métodos que los
huelguistas habían usado para reunir el apoyo público.
Revelando un libro titulado "La Verdad de la Huelga de 1954 y de la
formación de SITRATERCO", Martínez insinuó en que la resistencia puede
reescribir el libro algún día con su propia historia, un proceso que puede
llegar a ser sencillo dada su afirmación de que la historia se repite. Citando
evidencia de tal repetición, Martínez menciona la rápida maduración de la
conciencia pública, así como la política de represión a manifestaciones
pacíficas, aunque reconociendo que ahora las calles están pavimentadas. A
continuación respondió a la pregunta sobre el paradero de los tramos de las
vías del "ferrocarril" de la Tela Railroad, explicando que esa infraestructura
había desaparecido con el huracán Mitch, añadiendo así a los trenes y a la
gran cantidad de lluvia a la lista de temas actualmente compartidos por "La
Verdad de la Huelga de 1954" y "Cien Años de Soledad", los que ya incluían
huelgas de trabajadores bananeros y repeticiones en la historia.
Nelson Nuñez señalo similitudes adicionales entre 1954 y el presente, como
es que, en ambos casos influencias externas fueron acusadas de fomentar
las aspiraciones de los trabajadores locales a los derechos fundamentales.
También compartió que cuando COSIBAH había informado en su sitio web
sobre la concentración de la policía cerca del sitio de la reunión que se
llevaba a cabo a mediados de agosto, la organización recibió respuestas
como: "Comunistas hijos de puta" de ciudadanos aparentemente
preocupados por la influencia venezolana en Honduras. En cuanto a la
influencia externa de 1954, ésta consistió en el intento del Presidente de
Guatemala, Jacobo Arbenz, de usurpar la tierra guatemalteca a la United
Fruit Company; mientras tanto, aún cuando no fueron consideradas como
influencias externas, el acuerdo de asistencia militar entre los Estados
Unidos y Honduras de 1954, facilitó el golpe de Estado contra Arbenz.
La revista Time tiene una opinión diferente de los paralelismos históricos de
la presente crisis política en Honduras. En un artículo del 1 de julio titulado
"Los Hondureños toman partido y toman las calles" determinan que "las
escenas de las multitudes divididas que protestan en la república tropical
pueden parecer una suspensión en el tiempo de la guerra llevada a cabo en
los 80´s." La multitud se divide aún más cuándo "grupos de jóvenes reúnen
en las esquinas llantas quemadas y rompen ventanas antes de que las
tropas regresen con macanas y gases lacrimógenos." Una secuencia de
eventos que no explica qué pasa con las personas que no son parte del
grupo de jóvenes, como el caso de la Coordinadora del Trabajo de la Mujer
de COSIBAH, Iris Munguía en un corte de ruta del 2 de julio. La capacidad
de la revista Time para distinguir la causa y el efecto se pone una vez más
en entredicho cuando en una frase describe como "mientras la oscuridad
desciende, todo el mundo corre a sus hogares para ganarle al toque de
queda que dura toda la noche", frase que se yuxtapone con el enlace
siguiente: "(Lea sobre los pandilleros en Estados Unidos deportados a
Honduras.)".
La colocación del enlace en este artículo de Time de 2008 genera un
sinnúmero de interpretaciones posibles. Algunas podrían ser: que el
confinamiento forzado a la propia casa es de hecho preferible en un país
infestado por pandilleros cortesía de los Estados Unidos, o que la violencia
de la policía no es nada si consideramos que los miembros de la Mara
Salvatrucha han cortado a tajos a rivales con machetes para luego tirarlos
por el retrete. En cuanto a otra de las aportaciones de los Estados Unidos
para la violencia en Centroamérica, Dana Frank, señala en su libro que la
insurgencia regional de la década de los 70 y 80´s no tuvo eco en Honduras
debido en parte a su función como base estadounidense para las
operaciones de contrainsurgencia y a que la Federación Estadounidense
del Trabajo y Congreso de Organizaciones Industriales (AFL-CIO por sus
siglas en inglés) apoyaba los sindicatos hondureños durante la guerra fría.
El antiguo control estadounidense sobre los sindicatos hondureños no
menoscaba la importancia otorgada a la huelga general de 1954. El evento
ocupa un lugar destacado en los materiales de lectura publicados por
COSIBAH. Los temas de los panfletos incluyen legislación laboral,
cuestiones de género-a menudo explorado en conversaciones con el argot
hondureño entre dibujos de trabajadores bananeros-así como el salario
mínimo para 2009, el que Zelaya subió a aproximadamente usd$290 al mes
en las zonas urbanas. El artículo de la revista Time sobre los hondureños
que toman partido brinda la opinión de un representante de uno de los
bandos, quien dice que al aumentar al salario mínimo el presidente "declaró
la guerra a los negocios"; mientras tanto, la naturaleza de los negocios
damnificados se sugiere en la observación anterior en que "[e] n otra
retrospectiva a la política de los años 80, los partidarios de la expulsión han
denunciado a Zelaya como un comunista que quería hacer de la nación de
los talleres clandestinos y de las plantaciones de plátano una fortaleza de
estilo soviético".
El artículo no menciona ninguna retrospectiva a 1954, aunque si especula
que Honduras podría estar "anclado en el pasado, mientras que la mayor
parte del resto del mundo parece haber cambiado." De acuerdo a Time, la
prueba de que el resto del mundo ha cambiado consiste en el hecho de que
los Estados Unidos han condenado el golpe derechista; mientras tanto las
posibilidades de movilidad de Honduras aumentan si el estar anclado en el
pasado es mejor visto como la repetición de la historia.
http://www.narconews.com/Issue60/articulo3811.html
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