jueves, 3 de septiembre de 2009

El inspirador escrito de RAVIBER y el diputado de Yoro

From: Marco Antonio Cambio

El inspirador escrito de RAVIBER y el diputado de Yoro

Este día leí interesado un escrito que apareció publicado en el Tiempo, escrito por otro hondureño inexplicablemente (?) golpista: Ramón Villeda Bermúdez.

El artículo trata sobre animales con perturbaciones mentales que van, dice la voz golpista, de la obsesión hasta la compulsiva criminal, como algunos humanos. Imagino que el escrito está dirigido a otro columnista, pero en general, el escrito me pareció insulso. Lo que fue inevitable, fue que cuando leí las alusiones a obsesión, compulsión, criminal y trastorno de conducta, no pude evitar pensar ―en asociación automática― en el diputado golpista de Yoro.

Recientemente, escuché la reproducción de una entrevista que concedió el susodicho usurpador al periodista Jorge Ramos. Todas sus respuestas eran previsibles, me hubiera gustado que llorara en los hombros del periodista, pero la comedia no llegó a tanto esta vez. Entre tanto, dos amigos psiquiatras me han confirmado lo que desde hace días sostengo en mis escritos, el diputado de Yoro tiene un perfil psicológico que encaja perfectamente con un sociópata. Basta ver algunos antecedentes, y sobre todo su comportamiento actual, para darnos cuenta de que estamos ante un personaje anormal. Un animal enfermo: Un macho empedernido, violador, sin empatía ni remordimiento, deshumanizado, con un egocentrismo fatídico; el sujeto de estudio es un individuo irresponsable, impulsivo e irritable, y está fatalmente obsesionado con el poder; entre otras cosas. Es un ente peligroso, y hay quien asegura que no podrá ser desalojado del poder más que a patadas, pues no le importa, en lo más mínimo, llevarse de encuentro a sus socios, a sus patrocinadores y al resto de la humanidad.

Atención, Vasquez Velásquez, que probablemente serás el más afectado por la locura de tu desadaptado camarada.

Solo las palabras de un sociópata grave pueden ser dichas con la elocuencia, la naturalidad y el cinismo multiplicado con que el diputado de Yoro se expresa [hasta el extremo de llorar ante las cámaras]. El asunto es que él se cree lo que dice ―como se lo creen muchos pobres ingenuos―, pues el individuo, seguramente, es totalmente ajeno a su enfermedad.

Al ver la entrevista aludida, me doy cuenta por qué el usurpador niega, ante el mundo, con esa vehemencia y temeridad las violaciones a mujeres, los asesinatos, las detenciones ilegales, el uso excesivo de la fuerza, y en general, las repetidas transgresiones a los derechos humanos que sufren los hondureños como consecuencia directa del golpe de estado. Desgraciadamente, las personas que tratan con individuos que adolecen de estos trastornos, muy pocas veces se enteran. Los que deben estar muy arrepentidos in extremis, de haberse confabulado con semejante portento, son los padres orgullosos y fácticos de las camisetas blancas.

Marco Antonio Arias M
Tegucigalpa CDSBCF (ciudad donde se buscan camisas de fuerza)
2 de septiembre de 2009

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