jueves, 6 de agosto de 2009

Un golpe artero sin soluciones

From: Félix Ovidio Cubías

Ha pasado más de un mes desde el 28 de junio, fecha fatídica del golpe
de Estado, y ha corrido sangre en las carreteras y calles de Honduras
por el carácter fascista de los militares que sin meditar asesinan a
mansalva a la población desarmada que se resiste a tolerar que los
golpistas los dirijan. El hondureño no puede aceptar que un régimen de
fuerza se erija en representante del estado y la nación, a sabiendas
que el mandatario depuesto fue electo por ese mismo pueblo que hoy
asesinan los fascistas y fascistoides de toda laya.

Nuestra sociedad se había acostumbrado a la libertad y al juego de las
ideas sin cortapisas de ninguna naturaleza. Fueron veintiocho años de
vida democrática aunque se expresara en algunos de sus elementos como
los procesos electorales, el respeto a las garantías individuales y la
libertad de expresión. Se pensó, en algunos momentos, que no
volveríamos a transitar por las avenidas de la barbarie y de la
política de la seguridad nacional que es, en efecto, lo que ocurre
actualmente en nuestro país.

Sin lugar a dudas, esta asonada militar nadie la esperaba, a no ser
los empresarios más retrógrados del patio y los militares fascistas,
que en sus obtusas conclusiones consideraron que la consulta popular a
través de la cuarta urna era el peligro más grande para su vida muelle
y sus intereses económicos. Miraron instalado el comunismo en nuestra
irredenta Honduras. En base a suposiciones, de que Mel quería destruir
nuestro régimen de vida, y mecánicamente construir una sociedad como
la que dirige Hugo Chávez en Venezuela empezó la campaña de miedo y
difamaciones contra un gobierno liberal que lo único que deseaba era
pedir la opinión del soberano que nunca había sido tomado en cuenta
por las élites gobernantes en este país.

Con el fantasma del comunismo, pues, se fraguó el golpe de Estado
cuyos resultados y consecuencias ya conocemos. Como en tiempos
pasados, se ha puesto en función la teoría de la seguridad nacional,
consistente en acabar con toda persona que piense de otra manera
distinta a los golpistas. Es, decir, como repetía Álvarez Martínez
parafraseando a líderes mundiales del fascismo, el mejor comunista es
el que está muerto.

Durante todo el tiempo que fraguaron el golpe hablaron de supuestas
violaciones a la Constitución de la república, y, paralelamente, del
peligro del comunismo por la amistad de Mel Zelaya con Hugo Chávez,
Fidel, Correa, Evo Morales, principales figuras que dirigen el ALBA,
al que temen los reaccionarios latinoamericanos.

Concretamente, las argumentaciones, presentadas en todo este tiempo
por los especialistas en golpes de Estado, no tienen el peso necesario
para realizar una acción violatoria de esta naturaleza. A todas luces,
desde el inicio, se equivocaron en toda la línea creyendo que los
tiempos no han cambiado y que el pueblo hondureño vería con buenos
ojos la defenestración de Mel Zelaya. Por ello, la resistencia resultó
muy fuerte, y hasta el momento, el gobierno de facto no ha podido
estabilizarse, por el contrario, tiende a debilitarse ante el empuje
de la resistencia pacífica, lo que exige una salida rápida de la
crisis y normalizar el orden institucional, que necesariamente sólo
puede lograrse con el retorno del mandatario depuesto.

El concepto democracia, en esta aventura golpista, ha sido mancillado,
y trastocado de tal manera que nadie cree cuando alguien habla acerca
de la misma.

Y esto es así, porque los golpistas tienen un criterio raro sobre el
concepto de los griegos. El criterio de ellos es que para ser
demócrata hay que estar en contra de Fidel, Chávez y Ortega. Al mismo
tiempo considerar que el rico es inocente y el pobre es el culpable de
todos los males sociales.

Consideran, también, que no importa violar la ley en aras del bien
empresarial y no por el bien de toda la sociedad.

Micheletti y su grupúsculo creen que ellos son conciliadores y que,
por el contrario los Melistas son la chusma que quiebra vidrios y
causan desórdenes. Desde el punto de vista de algunos religiosos, el
que olvida una línea del padre nuestro es anticristiano y el verdadero
demócrata debe amar al Cardenal aunque éste no responda a los
intereses populares. Democracia, en fin, para estos fascistas, es
derramar sangre de opositores inocentes y violar las garantías
constitucionales con tal de que Mel no regrese al puesto que le
corresponde y que el pueblo le dio.

Por estas razones, el diálogo es improductivo porque existe
intransigencia, y sólo aceptan los puntos de vista que a ellos les
beneficia. La propuesta de Arias, entonces, no es válida para resolver
la crisis hondureña. Creemos que el tiempo de las declaraciones ya
pasó y que el tiempo avanzó tanto que sólo hemos quedado en más y más
declaraciones.

Email: ovidiocubias2001@hotmail.com Esta dirección electrónica esta
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Vicepresidente de la Asociación Hispana de
Periodistas, Escritores y Locutores de Louisiana.
(A.H.P.E.L.L.A.)
Miembro de la Louisiana Press Association. (L.P.A.)
Miembro de la National Association of Hispanic Journalist con sede en
Washington, D.C. (N.A.H.J.)

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