From: Palmerolo Burro
Montaña de la Flor, 19 de agosto de 2009
Candelario
Amigo poeta:
Me siento agradado de escribirte. Y no es que te tenga de menos que hoy también me carteo con gente del pueblo común, corriente y macanudo de esta resistencia; que más bien es quien me cartea a mí. Lo que me resulta de gran satisfacción y sorpresa, ya que soy invitado de opinión en los asuntos que hoy ocupan a la patria, dignos de dialogarse a viva voz.
Estos días también ha llegado un gran regalo a mis oídos: La entrevista que el periodista Félix Molina le ha hecho a doña Leticia Salomón y que fue transmitida por Radio Globo. Es una entrevista que deberían grabarla los maestros y hacer que la escuchen todos los jóvenes y los niños en las escuelas. En ella se refleja el gran talento del análisis y la opinión, digna de ser compartida por todos y todas las hondureñas. En ella expresa esta mujer, las realidades que matizan nuestra condición de ser hondureños y hondureñas a través de los tiempos. Con énfasis por supuesto, en el momento actual de esta crisis derivada del rompimiento del orden constitucional: de este golpe, de esta dictadura, de este régimen de facto.
Poeta, te la recomiendo. Y vos recomendásela a tus amigos. Por Radio Globo. Félix Molina, entrevista a Leticia Salomón ¡Pucha, las mujeres tienen el papel más trascendental en esta resistencia! ¡Pensamiento, presencia y voluntad indiscutibles e insustituibles!
Y mirá que allí ella expresa lo que ya hemos dialogado entre nosotros. L a gran vigencia de que la lucha del pueblo sea pacífica, de disuasión a la violencia. Que es en realidad la expresión genuina de la gente; contraria a la guerra, que el pueblo no la podría sufragar por el alto costo de vidas humanas. Además de que la guerra es altamente tecnológica y que se vuelve un negocio a favor de los países que venden la tecnología de la muerte. Que es cara, dependiente y exigente. Ya que la oferta de armas y pertrechos de guerra es ostentosa, se desactualiza a cada segundo. Y para financiarla hay que vender los recursos naturales de la nación. Endeudar al país por generaciones. Y quedar destruidos, casi de manera irreparable. Es decir, lo que se pierde, jamás se recupera.
Por otro lado la paz tiene una estatura moral con base en la vida y el bien. Está claro que los buenos estamos de parte de la vida, la solidaridad, los valores, la colectividad. Y del otro lado están a los que no les importa los métodos de violencia para defender sus intereses, sus capitales, sus bienes, por encima de la vida y de la dignidad de las personas. Está el dinero y el egoísmo.
Y declarada la guerra, es difícil distinguir entre buenos y malos. La práctica de la violencia y la cultura de la muerte llena de atrocidades las conciencias de la personas, de iniquidades las conductas e igualmente de sangre las manos. Y una manipulación ideológica sucia, con que hacen negocio los medios que son la voz misma de la muerte.
Entonces poeta, el pueblo humilde de Honduras ya optó por la paz. Y la paz permanente. Eso quiere decir, que con la Nueva Constituyente, una de las propuestas, es sellar para siempre que exista ejército en Honduras y nada relacionado con la cultura de la muerte a costa de tecnologías caras financiadas por un pueblo demasiado pobre. Nada destructivo conducirá nuestro futuro, sólo el cariño, la inteligencia y la ciencia para el beneficio del bien común.
Lo cual nos traería buenas ganancias:
1-Que todos nos ganemos el pan con un trabajo digno, no viendo el estado como un botín de guerra y asalto;
2-Que socialmente todos los hondureños u hondureñas seamos iguales, sin que medie un arma que nos separe y nos amenace;
3-Que la juventud se aleje de crimen. Ya que el armamentismo y la formación en la cultura de la muerte y la violencia, los acerca demasiado a ese látigo social de la violencia y el engaño;
4-Que el presupuesto del ejército sirva para crear empresa, patrimonio, centros tecnológicos de paz y producción de bienes sociales y económicos;
5-Que los Estados Unidos mantenga relaciones de dignidad con nosotros, no militares, sino pacifistas, científicas, tecnológicas., humanas, transparentes, éticas y de bien;
6-Borrar la amenaza de los golpes de estado con base en conductas de bestialidad u resurgir en el ámbito internacional como una nación prometedora y amistosa.
Vez, que para ser burro, poeta, puedo ser un buen consejero. Es simple. Soy obrero. Trabajador. Y tengo tiempo para pastar reflexionar. Y además, me doy mi tempo para rebuznar, puntual y crítico, así como fuerte y claro, para que me escuchen bien.
Así, que en el debate de que si se debe o no reclutar jóvenes para el ejército golpista, creo que la porqueriza de los golpistas está desfasada. NO. NO. NO. Mil veces NO a sus decretos y leyes que ya no tienen autoridad y reconocimiento. Ese congreso, es nada más un estercolero del golpe. Perdió su legitimidad ante el pueblo. No al servicio militar obligatorio. No al armamentismo. No al ejército. No a los retrocesos históricos. No a que nos sigan considerando tontos y carne de cañón.
Se acerca el momento y la Constituyente que establecerá el pueblo dará finiquito histórico a las instituciones golpistas, así como a las actitudes amañadas para hacer política en el país. No debemos seguir siendo simples burros de carga de una burocracia corrupta. No podemos seguir siendo ganado de destazo de unas autoridad coligadas con el crimen. No podemos seguir siendo tapaderas de la prostitución de las leyes del país por parte de dirigentes mañosos y manipuladores. No podemos seguir dando lo mismo para lo mismo de este viacrucis social.
Si el reloj se ha parado. Si han manipulado las manecillas para retrasar las horas. Entonces tenemos la oportunidad de una hora cero, como bien lo anuncia el pueblo y refundar Honduras regida por una nueva ética ciudadana ¿Cierto, poeta?
Hagamos aquí una cabriola y despidámonos con regocijo, mientras tú me respondes.
Palmerolo
Tu amigo borrico
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