From: ovidiocubias
VENTANA DE PAPEL
Desde New Orleans
Hemos leído detenidamente, el editorial de La Tribuna del día lunes 17 de agosto, titulado El Bien, sobre el cual deseamos hacer algunas acotaciones relacionadas directamente con la crisis profunda que vivimos en Honduras a partir del 28 de junio, día del fatídico golpe de estado perpetrado contra el gobierno del Presidente Manuel Zelaya Rosales.
El contenido fundamental del mismo, consiste en señalar el ataque a la libre expresión del pensamiento y los atentados que se han hecho a algunos edificios donde se editan los periódicos afines al golpe y a periodistas, por los bandos delimitados claramente a partir del madrugón militar.
Si nos atuviéramos exactamente a la realidad, el bien y el mal son conceptos subjetivos del ser humano, pues cada quien interpreta ambos vocablos según su concepción del mundo y los intereses que lo mueven. Naturalmente, que independientemente del criterio de cada quien, existe la acción del bien y el mal en la conducta de las personas y en las relaciones sociales. Si fuéramos químicamente puros, estaríamos de acuerdo con las opiniones del bien que se externan diariamente cuando se cometen desafueros contra las personas o las instituciones.
Otra cuestión que debemos delimitar es si el bien o el mal se refieren a un acto particular del individuo o a las manifestaciones de grupos ante problemas de la realidad nacional en el que intervienen motivaciones de clase con su ideología, política y concepción estratégica del país.
Cuando esto ocurre, el bien adquiere una dicotomía, pues los intereses que se mueven son diferentes para uno u otro afectado. Lo que es bien para unos se convierte en mal para otros. Ejemplarizando con lo que ocurre actualmente, el golpe de estado con sus secuelas de represión y violencia, es buena para los empresarios y sus allegados y mala, para el pueblo que ha sufrido los vejámenes de la soldadesca que ha demostrado tener grandes dotes y afinidades fascistoides.
Para algunos periodistas que defienden a los golpistas y que desde el principio se ubicaron con ellos, ocultando la verdad de lo acontecido o tergiversando los hechos, los que participan en la resistencia pacífica contra el gobierno de facto, son los mismos instigadores de la cuarta urna, chusma, vagos, mareros, agentes extranjeros que siguen consignas de Hugo Chávez y Ortega, desnaturalizando groseramente la actitud digna de un pueblo, organizado que no quiere saber nada de los enemigos de la Constitución. Se les ha olvidado que el pueblo tiene el derecho de protestar y hasta de insurreccionarse cuando existe un régimen espurio. Otro aspecto del problema, es que las turbas infiltradas no las introduce el movimiento popular, sino algunos empresarios y la policía que necesitan pretextos y excusas para reprimir a los manifestantes que resisten pacíficamente contra Micheletti y Romeo Vásquez. Por ejemplo, nadie ha dicho, que los que incendiaron el negocio de comidas rápidas POPEYE’S fueron señalados como empleados de la municipalidad de Tegucigalpa, pues se conducían en un vehículo de esta institución que es pagada por los impuestos del mismo pueblo, ¿dónde está entonces, la mentira o la verdad, el bien o el mal?
Cada quien habla de la fiesta como le va en ella. Por ello no es muy científico analizar sin tener los suficientes elementos de juicio para plantear si es bien o mal lo que ocurre a nuestro alrededor.
A todas luces, el golpe no estuvo bien, como tampoco los atentados a la propiedad privada, aunque sus dueños hayan desembolsado grandes cantidades de dinero para pagar a los golpistas. El irrespeto, pues, a las personas y a la propiedad es inadmisible en un estado de derecho, pero en este caso, los hondureños vivimos sin ley porque ha sido violada por los mismos que se rasgan las vestiduras hablando de democracia y respeto a las normas establecidas.
El bien tampoco tiene que ver con los atentados a la libre expresión del pensamiento desatada por las fuerzas represivas autoras del golpe de estado. La represión brutal contra el periodista de Diario Tiempo, en Choloma, la persecución contra Radio Globo, Canal 36, y los periodistas objetivos que rechazan el golpe, no puede observarse como manifestación del bien.
De ahí, que si estamos con el bien, debemos señalar todos los males que después del golpe, se le han causado al pobre pueblo de mi país y no sólo señalar los daños que reciben los empresarios propiciadores del golpe de estado del 28 de junio.
Por Félix Ovidio Cubías –
Email: ovidiocubias2001@hotmail.com
Vice Presidente de la Asociación Hispana de Periódistas, Escritores y Locutores de Louisiana. (A.H.P.E.L.L.A.)
Miembro de la Louisiana Press Association. (L.P.A.)
Miembro de la National Association of Hispanic Journalist con sede en Washington, D.C. (N.A.H.J.)
miércoles, 19 de agosto de 2009
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