¿Qué nos da el prodigio de ser solidarios?
¿Qué nos une a ser hermanos?
¿Cómo decirle a la humanidad
que es bella?
El tiempo se mueve como una tortuga,
su embalse es el infinito
y en este suelo maya,
las pancartas se elevan.
Honduras está en el mundo,
la luz se antepone a la oscuridad:
queremos justicia,
deseamos paz
y hay una hermandad
de humanidad solidaria.
Gente en su valor supremo,
el planeta se mueve por dentro,
ideal de lo justo su corazón caminando,
urgencia de lo bueno,
que en las calles visionarias
se junta gritando
¡urge MEL, viene MEL!
para corresponder a un pueblo,
a su aliento de liberación,
en la rotura de la manivela del tiempo.
Conciencia de sí mismos, protestando,
compromiso y verdad creciente,
hermanos y hermanas en el aprendizaje
que hoy hay movilización
de las arterias palpitantes de estima.
El humanismo es amor vuelto carne,
es la libertad en la sangre
y la acción del sentido de la fraternidad.
El ser se realiza en sí mismo
al encontrarse con la luz;
la vida se presenta
y dice ¡vamos! al cariño
que trasciende en el mitin
y suda, de pies a cabeza,
movilizado,
firme y dispuesto
a ser poseído,
por cada uno,
por cada una,
por todos y todas
en la explosión del aire
que grita:
¡Vamos por lo alto,
tracemos un limpio amanecer!
Y en el bienestar del grito,
al tomar aliento
nutre la gran movilización
que en el mundo se pronuncia
y junta audacia y calor
en los seres que dan huesos y pellejo
haciendo una sola carne de libertad
y una misma voluntad
al clamar ¡Basta ya!
¡Nunca más la criminalidad!
¡La movilización es hoy,
mañana y siempre, hoy!
¡Es el grito de la firmeza que clama liberación!
Es un gesto,
un rugido,
miles de mantas,
carteles en explosión:
se imponen y exigen
que debe parar la muerte,
las balas
y las cartucheras de terror.
La esperanza se moviliza
y la solidaridad trasciende
como un hogar que supera
la dureza de la borrasca.
"Mira: He aquí que todo lo hago nuevo"
(Ap 21,5)
Porque la profecía es libertad,
la más humana postura
y el mejor sentido de reciprocidad.
El mundo toca suavemente a Honduras,
con gesto unánime es gracia y estima
de los pueblos que se movilizan,
siendo solidaridad, condenando el golpe,
y desde la posición del reclamo,
construir unidad, asamblea
y el sentido de armonía
en la valoración de vivir.
Humanismo, valores, inspiración
y notable anhelo de hermandad,
es el mejor signo
de que uno, somos todos los demás
cuando nos juntamos en el reclamo
contra el que envilece,
mata, oprime,
y suma bestialidad
en nombre del privilegio vicioso
y la vaciedad moral.
La respuesta es la vida.
La convivencia humana está movilizada,
porque la bondad prevalezca
en el sitio que corresponde
a la cordura, al amor,
a la concurrencia de la alegría,
de fiarnos los unos de los otros
y que por sobre la violencia y el miedo,
diga el amor,
cese esta calamidad de congojas,
viva la vida
y brille la luz
de esta resistencia popular.
Candelario Reyes García
Dos meses de resistencia al golpe militar.
viernes, 28 de agosto de 2009
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