jueves, 16 de julio de 2009

* El Departamento de Estado de los EEUU tenía conocimiento previo del golpe.

From:Comunicación Comunitaria

La nueva diplomacia estadounidense, denominada "smart power" (poder
inteligente) ha jugado un papel principal antes, durante y después del golpe
de Estado en Honduras. Los voceros del Departamento de Estado,
admitieron en una rueda de prensa el 1 de julio, que tenían conocimiento
previo del golpe y habían estado trabajando con los sectores que lo
planificaban para buscar "otra solución".

* El Departamento de Estado tenía conocimiento previo del golpe.

* El Departamento de Estado y el Congreso de EEUU financiaron y
asesoraron a los actores y organizaciones hondureñas que participaron en
el golpe.

* El Pentágono entrenó, capacitó, financió y armó al ejército hondureño que
perpetró el golpe y sigue reprimiendo al pueblo de Honduras.

* La presencia militar estadounidense en Honduras, que ocupa la base
militar de Soto Cano (Palmerola), autorizó el golpe de Estado con su
complicidad tácita y la negativa a retirar su apoyo a los militares
hondureños.

* El embajador de Estados Unidos en Tegucigalpa, Hugo Llorens, coordinó
la expulsión del poder del presidente Manuel Zelaya, junto con el
subsecretario de Estado Thomas Shannon y John Negroponte, quien
trabaja actualmente como asesor de la Secretaria de Estado Hillary Clinton.

* Desde el primer día del golpe, el gobierno de Washington ha hablado de
las "dos partes" involucradas y la necesidad de un "diálogo" para restituir el
orden constitucional, legitimando de esta forma a los golpistas.

* El Departamento de Estado se ha negado a calificar legalmente los
sucesos de Honduras como un "golpe de Estado", no ha suspendido ni
congelado su apoyo financiero y el comercio con el país, ni ha tomado
medidas para presionar eficazmente al gobierno de facto.

* Washington manipuló a la Organización de Estados Americanos para
alargar el tiempo de debate sobre lo que había que hacer y así no apoyar el
regreso inmediato del presidente Zelaya al poder, como parte de una
estrategia que sigue en pie y simplemente busca legitimar al gobierno de
facto y desgastar al pueblo hondureño que todavía se resiste al golpe.

* La Secretaria de Estado Clinton y sus voceros dejaron de hablar del
regreso del presidente Zelaya al poder luego de la designación de Oscar
Arias, presidente de Costa Rica, como "mediador", y ahora califican al
dictador que asumió el poder ilegalmente durante el golpe, Roberto
Micheletti, como "presidente interino".

* La estrategia de "negociar" con los golpistas fue impuesta por el gobierno
de Obama como una manera de desacreditar al presidente Zelaya -
culpándolo por los hechos que provocaron el golpe- y legitimando a los
golpistas.

* Congresistas estadounidenses -demócratas y republicanos- organizaron
una visita de unos representantes de los golpistas de Honduras a
Washington, a los que recibieron con honores en diferentes instituciones de
la capital estadounidense.

* A pesar de que fue el senador republicano John McCain quien coordinó la
visita de los golpistas a Washington a través de un bufete de lobby, The
Cormac Group, actualmente es el abogado de Bill Clinton y amigo cercano
de Hillary, Lanny Davis, a quien se ha contratado como "lobbista" para
lograr la aceptación pública de Washington del gobierno de facto en
Honduras.

* Otto Reich y el venezolano Robert Carmona-Borjas, quien fue abogado del
dictador Pedro Carmona durante el golpe de Estado de Venezuela en Abril
de 2002, ayudaron desde Washington a preparar el escenario para el golpe
contra el presidente Zelaya en Honduras.

* El equipo de diseño del golpe de Estado en Honduras designado por
Washington también incluía a un grupo de embajadores de Estados Unidos
recientemente nombrados en Centroamérica, expertos en la
desestabilización de la revolución cubana, y a Adolfo Franco, ex encargado
del programa de Cuba de la USAID.


Nadie duda de la implicación de Washington en el golpe de Estado de
Honduras contra el presidente Manuel Zelaya que comenzó el pasado 28 de
junio. Muchos analistas, dirigentes, e incluso presidentes, lo han
denunciado. Sin embargo, la mayoría coinciden en disculpar a la
administración de Barack Obama de algún papel en el golpe hondureño,
haciendo responsables en su lugar a los rasgos del gobierno de George W.
Bush y a los halcones que todavía andan por los pasillos de la Casa Blanca.

La evidencia demuestra que sí, que es cierto que los halcones y los
protagonistas de siempre de los golpes y sabotajes en América Latina
también han participado esta vez, y además existen amplias pruebas que
señalan el papel del gobierno de Obama.

El Departamento de Estado

La nueva diplomacia estadounidense, denominada "smart power" (poder
inteligente) ha jugado un papel principal antes, durante y después del golpe
de Estado en Honduras. Los voceros del Departamento de Estado,
admitieron en una rueda de prensa el 1 de julio, que tenían conocimiento
previo del golpe y habían estado trabajando con los sectores que lo
planificaban para buscar "otra solución".[i] También admitieron que dos
altos funcionarios del Departamento de Estado, el subsecretario de Estado
para América Latina Thomas Shannon y el subsecretario de Estado James
Steinberg, estuvieron en Honduras la semana anterior al golpe para
mantener reuniones con los grupos civiles y militares que lo llevaron a cabo.
Dicen que su propósito era "frenar" el golpe, sin embargo su presión verbal
no concuerda con su respaldo a los sectores golpistas.

Después del golpe, la Secretaria de Estado Hillary Clinton publicó una
declaración, el domingo 28 de junio, que no reconocía los sucesos como un
"golpe" y tampoco exigía la restitución del presidente Zelaya en el poder.
Adicionalmente, siempre hacía referencia a "las dos partes" del conflicto,
legitimando a los golpistas y haciendo responsable públicamente al
presidente Zelaya desde el primer día: "La acción contra el presidente
hondureño Mel Zelaya viola los principios de la Carta Democrática de la
OEA y debe ser condenado. Llamamos a todas las partes en Honduras a
que respeten el orden constitucional y el Estado de derecho, que reafirmen
su vocación democrática y se comprometan a resolver las disputas políticas
de manera pacífica a través del diálogo. Honduras debe abrazar a los
mismos principios de la democracia que ratificamos hace un mes en la
reunión de la OEA celebrada en ese país."

Y desde entonces, a pesar de diversas referencias al "golpe" de Honduras,
el Departamento de Estado se negaba a calificarlo de golpe de Estado, lo
que le obligaría a suspender toda clase de apoyo económico, diplomático y
militar al país. El 1 de julio, los voceros del Departamento de Estado lo
explicaron de esta manera: "En referencia al propio golpe, lo mejor sería
decir que fue un esfuerzo coordinado entre los militares y algunos actores
civiles. Obviamente, los militares fueron quienes condujeron la remoción
forzada del presidente y han actuado para asegurar el orden público durante
este proceso. Pero para que el golpe sea más que una insurrección o una
rebelión, hay que ver una transferencia del poder a los militares. Y en ese
sentido el Congreso -la decisión del Congreso de juramentar a su
presidente Micheletti, como presidente de Honduras, indica que el Congreso
y miembros claves de éste han desempeñado un papel importante en esta
situación."

Esta posición ambigua, que condena los sucesos de Honduras como una
ruptura del orden constitucional pero no llega a calificarlo como golpe de
Estado ni exige la restitución del presidente Zelaya, se ratificó luego de la
reunión que sostuvo la Secretaria de Estado Hillary Clinton con el
presidente Zelaya el 7 de julio: "Acabo de celebrar una reunión productiva
con el presidente Zelaya. Discutimos los sucesos de los últimos nueve días
y el camino a seguir. Le reiteré que Estados unidos apoya la restitución del
orden constitucional en Honduras. Seguimos apoyando los esfuerzos
regionales a través de la OEA para lograr una resolución pacífica según las
normas de la Carta Democrática. Llamamos a todas las partes a no
cometer actos de violencia y a buscar una solución pacífica, constitucional y
estable a las serias divisiones en Honduras, por medio del diálogo. Para ese
fin, hemos trabajado con nuestros socios en el hemisferio para establecer
una negociación, un diálogo que podría desembocar en una resolución
pacífica de esta situación."

Ya estaba claro, después de esa reunión, que Washington no iba a seguir
abogando por el regreso del presidente Zelaya al poder, sino que buscaba
"una negociación" con los golpistas que, al final, favoreciera los intereses
estadounidenses. Fuentes cercanas a la Organización de Estados
Americanos (OEA) afirman que una alta delegación estadounidense
presente en la reunión del 4 de julio en la sede del organismo multilateral
intensificó la presión hacia otros Estados para que aceptaran una salida
"negociada" que no implicase necesariamente la restitución de Zelaya como
presidente de Honduras.

Esta manera de desviar el tema, manipular el asunto y aparecer asumiendo
una posición cuando en realidad las actuaciones demuestran lo contrario,
forma parte de la nueva doctrina de Obama denominada "smart power"
(poder inteligente), que pretende lograr los objetivos imperiales sin satanizar
al gobierno de Washington. "Smart Power" es "la capacidad de combinar el
'poder duro' con el 'poder suave' para lograr una estrategia victoriosa. El
'Smart Power' utiliza estratégicamente la diplomacia, la persuasión, la
construcción de capacidades, la proyección del poder militar, económico y
político y la influencia imperial, de manera efectiva, con una legitimidad
política y social." Esencialmente, es una mezcla de la fuerza militar con
todas las formas de la diplomacia, con énfasis en el uso de la "promoción
de la democracia" como táctica para influir en el destino de los pueblos, en
vez de perpetrar una invasión militar.

El embajador

El periodista Jean-Guy Allard ha revelado los orígenes del actual embajador
de Estados Unidos en Honduras, Hugo Llorens[v]. Según Allard, Hugo
Llorens, un cubano de nacimiento que llegó a Estados Unidos como parte
de la Operación Peter Pan, es "especialista en terrorismoÂ... La Casa
Blanca de George W. Bush captó al astuto Llorens en 2002, nada menos
que como Director de asuntos andinos del Consejo Nacional de Seguridad
de Washington D.C., lo que lo convirtió en el principal asesor del presidente
sobre Venezuela. El golpe de Estado de 2002 contra el presidente Hugo
Chávez se produjo mientras Llorens se encontraba bajo la autoridad del
subsecretario de Estado para Asuntos hemisféricos, Otto Reich, y del muy
controvertido Elliot Abrams. En julio de 2008, Llorens fue nombrado
embajador en Honduras."

El pasado 4 de junio, el embajador Llorens declaró a la prensa hondureña
que "...Uno no puede violar la Constitución para crear una Constitución,
porque si uno no tiene Constitución vive la ley de la jungla."[vi] Esas
declaraciones se emitieron en referencia a la encuesta popular sobre la
convocatoria de una posible asamblea constituyente, que debería haber
tenido lugar el 28 de junio si no hubiera ocurrido el golpe de Estado contra
el presidente Zelaya. Los comentarios de Llorens no sólo ponen en
evidencia su posición contra la encuesta, sino, además, su total injerencia
en los asuntos internos de Honduras.

Pero Llorens no estaba solo en la región. Luego de su nombramiento como
embajador en Honduras -cargo que obviamente se le asignó debido a la
necesidad de neutralizar la creciente presencia de gobiernos izquierdistas
en la región y la potencia regional del ALBA-, se nombraron varios
embajadores más de Washington en los países vecinos, todos expertos en
la desestabilización de la revolución cubana y operaciones psicológicas.

Primero llegó el diplomático Robert Blau a la embajada de Estados Unidos
de El Salvador, el 2 de julio de 2008, como el segundo de la diplomacia
estadounidense. En enero de este año, Blau asumió la embajada como
encargado de negocios. Antes de su envío a El Salvador, Blau fue
subdirector de Asuntos Cubanos del Departamento de Estado, luego de
haber estado dos años en la Sección de Intereses de Washington en La
Habana como asesor político. Fue tan eficiente en su trabajo en Cuba con
la disidencia, que el Departamento de Estado le concedió el Premio James
Clement Dunn a la Excelencia, debido a su labor con la oposición
contrarrevolucionaria en Cuba. Llorens y Blau eran viejos amigos, luego de
trabajar juntos en el equipo de Otto Reich en el Departamento de Estado.

Después fue nombrado Stephen McFarland como embajador de Estados
Unidos en Guatemala, el 5 de agosto de 2008. McFarland, graduado de la
Universidad de Guerra de Estados Unidos y ex miembro del equipo de
combate número dos de los marines en Iraq, era el segundo en la
Embajada de Estados Unidos en Venezuela bajo William Brownfield, quien
incrementó de manera alarmante el apoyo financiero y político a la
oposición contra Chávez. Luego, McFarland estuvo en la embajada de
Estados Unidos en Paraguay, apoyando la construcción de la base militar
del Pentágono en ese país. McFarland también fue director de Asuntos
Cubanos en el Departamento de Estado y su perfil lo destaca como un
experto "en transiciones democráticas, derechos humanos y seguridad."

El embajador Robert Callahan llegó a Managua, Nicaragua, también a
principios de agosto. Ha trabajado en las embajadas en La Paz, Bolivia, y
San José, Costa Rica, y ha sido profesor en la Universidad Nacional de
Guerra de Estados Unidos. En 2004 fue enviado a Iraq como agregado de
prensa de la embajada en Bagdad. A su regreso, estableció la oficina de
prensa y propaganda de la recién creada Dirección Nacional de Inteligencia
(DNI) de Washington, que en la actualidad es el órgano más poderoso de la
inteligencia estadounidense.

Juntos, estos embajadores -expertos en golpes de Estado,
desestabilización y propaganda- han preparado el terreno para el golpe
contra el presidente Zelaya en Honduras.

Financiamiento a los golpistas

Justo en el mes anterior del golpe contra el presidente Zelaya se formó una
coalición entre diferentes organizaciones no gubernamentales, empresarios,
partidos políticos, la iglesia católica y los medios de comunicación,
denominada "la unión cívica democrática". Su único propósito era derrocar
al presidente Zelaya para impedir que abriera el camino a una asamblea
constituyente que permitiría al pueblo alzar su voz y participar en su proceso
político.

La "unión cívica democrática" de Honduras esta compuesta por
organizaciones como el Consejo Nacional Anticorrupción, el Arzobispado de
Tegucigalpa, el Consejo Hondureño de la Empresa Privada (COHEP), el
Consejo de Rectores de Universidades, la Confederación de Trabajadores
de Honduras (CTH), el Foro Nacional de Convergencia, la Federación
Nacional de Comercio e Industrias de Honduras (FEDECAMARA), la
Asociación de Medios de Comunicación (AMC), el Grupo Paz y Democracia
y el grupo estudiantil Generación X Cambio.

La mayoría de estas organizaciones han sido beneficiarias de los más de 50
millones de dólares que anualmente invierten la USAID y la NED en el
"desarrollo democrático" en Honduras. De hecho, un informe de la USAID
sobre su financiamiento y trabajo con COHEP, destaca que "el perfil bajo de
la USAID en este proyecto ayudó a asegurar la credibilidad de COHEP
como una organización hondureña y no un brazo de la USAID."

Los voceros de la unión cívica democrática de Honduras en representación,
según ellos, de la "sociedad civil", declararon a la prensa hondureña el 23
de junio -cinco días antes del golpe contra el presidente Zelaya- que
"confían en que las fuerzas armadas cumplirán con su deber de defender la
Constitución, el Estado de Derecho, la paz y la democracia." Cuando
sucedió el golpe, el día 28 de junio, fueron los primeros que salieron a decir
que no hubo un golpe de Estado, sino que habían "rescatado su
democracia" de las manos del presidente Zelaya, cuyo crimen fue querer
dar al pueblo voz, visibilidad y participación. También en representación de
los sectores de clase media y alta, la unión cívica democrática ha calificado
a los sectores que apoyan al presidente Zelaya de "turbas".

El Instituto Republicano Internacional, que recibe fondos de la National
Endowment for Democracy (NED), obtuvo más de 1,2 millones de dólares
en 2009 para trabajar con los sectores políticos en Honduras. Su trabajo se
ha dedicado a apoyar los "centros de pensamiento" y "grupos de presión"
en Honduras, para influir en los partidos políticos y "apoyará iniciativas para
implementar posiciones políticas durante las campañas de 2009." Ésta es
una clara intervención en la política interna de Honduras y evidencia del
financiamiento de la NED a los sectores golpistas del país.

El lobby de Washington

El senador republicano John McCain, ex candidato a la presidencia de
Estados Unidos, ayudó coordinar la visita de la delegación golpista de
Honduras a Washington durante la semana pasada. McCain es conocido
por su dura postura contra Venezuela, Bolivia y otros países de la región
considerados "anti imperialistas" y por sus estrechos vínculos con la mafia
cubana en Miami. McCain también es jefe del Instituto Republicano
Internacional (IRI), ente financiero de los golpistas de Honduras. McCain
ofreció los servicios de su empresa de lobby, The Cormac Group, que
organizó una rueda de prensa de los golpistas en el National Press Club el 7
de junio.

Pero más allá de la conexión republicana con los golpistas hondureños, hay
un vínculo más comprometedor con la actual administración demócrata de
Barack Obama. El abogado Lanny Davis fue contratado por la sede
hondureña del Consejo de Empresarios de América Latina (CEAL) para
hacer lobby a favor de los golpistas y convencer a los poderes de
Washington de que deben aceptar y reconocer al gobierno de facto de
Honduras. Lanny Davis fue abogado del ex presidente Bill Clinton cuando
estaba en la Casa Blanca, y es un conocido amigo y asesor de la actual
Secretaria de Estado Hillary Clinton. Davis está organizando una ofensiva
diplomática y mediática a favor de los golpistas, incluida la compra de
publicidad en periódicos estadounidenses, y organizando reuniones entre
los representantes golpistas y diferentes congresistas, senadores y
funcionarios del gobierno de EEUU. CEAL esta compuesto por los
empresarios latinoamericanos que más han promovido atentados contra los
movimientos populares en la región. Por ejemplo, el actual representante de
Venezuela en el CEAL es Marcel Granier, presidente de RCTV, la cadena
de televisión que promovió e intentó legitimar el golpe de Estado contra el
presidente Chávez.

Como parte de este esfuerzo, lograron una audiencia especial ante el
Comité de Relaciones Exteriores del Congreso de Estados Unidos, con la
participación de congresistas demócratas y republicanos, y los testimonios
de personajes promotores del golpe, como Michael Shifter del Diálogo
Interamericano de Washington, Guillermo Pérez-Cadalso, ex Canciller y
Magistrado de la Corte Suprema de Honduras, y el famoso Otto Reich,
cubano-americano conocido por su papel en la mayoría de las actividades
de desestabilización contra gobiernos izquierdistas en América Latina desde
los años ochenta. Como resultado de este encuentro, el Congreso de
Estados Unidos está promoviendo una resolución que reconozca como
legítimo al gobierno de facto de Honduras.

Otro resultado del lobby de Lanny Davis fue la reunión convocada en el
Consejo de las Américas el 9 de junio, en donde participó Jim Swigert,
director de los programas de América Latina y el Caribe para el Instituto
Demócrata Nacional (NDI), que recibe su financiamiento de la NED, Cris
Arcos, antiguo embajador de EEUU en Honduras y Adolfo Franco, ex
administrador de la USAID para América Latina y el Caribe y encargado del
programa de "transición" en Cuba. Estos tres personajes han trabajado
como asesores del gobierno de Obama frente a la crisis en Honduras.
Franco, quien también fue asesor de política exterior para el senador John
McCain durante su campaña presidencial en 2008, ha sido acusado de
corrupción por su mal manejo de los fondos de la USAID para el programa
de "promoción de la democracia" en Cuba, gran parte de los cuales se
dieron a grupos de Miami, como el Comité para una Cuba Libre y el Instituto
para Estudios Cubanos en Miami, sin pasar por ningún proceso
transparente de revisión.

Negroponte y Reich, de nuevo

Muchos han especulado sobre el papel del antiguo embajador de Estados
Unidos en Honduras, John Negroponte, quien dirigió la fuerza paramilitar
denominada "la contra" y los escuadrones de muerte contra los
movimientos izquierdistas en Centroamérica durante los años ochenta.
Negroponte tuvo varios cargos durante la administración de George W.
Bush: embajador de EEUU en Iraq, embajador ante las Naciones Unidas,
director nacional de Inteligencia y, por último, subsecretario de Estado bajo
Condoleezza Rice. A su salida del Departamento de Estado, Negroponte
pasó al sector privado. Le ofrecieron un trabajo como vicepresidente de la
firma consultora más influyente de Washington, McLarty Associates.
Negroponte aceptó. McLarty Associates fue fundada por Thomas "Mack"
McLarty, ex jefe de gabinete del presidente Bill Clinton y enviado especial a
América Latina durante su presidencia.

Actualmente, McLarty maneja la consultora más poderosa de Washington.
Hasta el año 2008, McLarty Associates se llamaba Kissinger-McLarty
Associates debido a la unión entre Thomas McLarty y Henry Kissinger, que
evidencia la unión política entre los sectores demócratas y republicanos en
Washington.

En su nuevo cargo, John Negroponte trabaja como asesor sobre política
exterior del Departamento de Estado bajo Hillary Clinton. Recordemos que
el embajador estadounidense en Honduras, Hugo Llorens, trabajaba bajo el
comando de Negroponte durante la mayoría de su gestión.

Otto Reich lleva unos años trabajando en una campaña contra el presidente
Zelaya. Fue demandado por Zelaya en abril 2009 por haberlo acusado
públicamente de robar 100 millones de dólares de la empresa estatal de
telecomunicaciones, Hondutel. Resulta que Reich hacía lobby para una
empresa privada de telecomunicaciones que quería privatizar Hondutel.
Ahora, con Zelaya destituido y un empresario en el poder, lo más probable
es que Reich consiga su negocio multimillonario.

Reich fundó una organización en Washington, llamada Arcadia
Foundation[vii] junto a un venezolano, Robert Carmona-Borjas, abogado
especialista en temas militares, vinculado al golpe de abril de 2002 en
Venezuela, según su propio perfil. Robert Carmona-Borjas supuestamente
estuvo en Miraflores con Pedro Carmona durante el golpe de abril de 2002 y
escapó, junto a Carmona, del palacio cuando fue tomado por la guardia de
honor presidencial. Desde entonces vive en Washington, DC. Desde el año
pasado, Reich y Carmona-Borjas han llevado una campaña contra Zelaya
por asuntos de corrupción, con una serie de micros que hablan de
corrupción, libertad de expresión y cambio en Honduras.[viii]

Carmona-Borjas ha viajado con frecuencia a Honduras durante los últimos
meses, incluso hablando de golpe de Estado "técnico" junto con otros
actores, como el defensor del pueblo hondureño, Ramón Custodia, quien
declaró a comienzos de junio que "Los golpes son una posibilidad que
puede ocurrir en cualquier escenario político". Luego del golpe, el 3 de julio,
Robert Carmona-Borjas apareció en Honduras en la concentración de los
golpistas en Tegucigalpa, y fue reconocido como un actor importante que
hizo posible la salida de Zelaya y la llegada al poder de Micheletti.[ix]

El poder militar

Estados Unidos mantiene una presencia militar muy grande en la base de
Soto Cano (Palmerola), ubicada a 97 kilómetros de la capital, que ha estado
operativa constantemente desde el año 1981, cuando fue activada por el
gobierno de Estados Unidos durante la administración de Ronald Reagan.

En los años ochenta, Soto Cano se utilizó por el coronel estadounidense
Oliver North, como una base de operaciones para la "Contra", las fuerzas
paramilitares entrenadas y financiadas por la Agencia Central de
Inteligencia (CIA), encargadas de ejecutar la guerra contra los movimientos
izquierdistas en Centroamérica, y particularmente contra el gobierno
sandinista de Nicaragua. Desde Soto Cano, la "Contra" lanzaba sus ataques
terroristas, escuadrones de muerte y misiones especiales que dieron como
resultado miles de asesinatos, desaparecidos, torturados, lisiados y
aterrorizados en Centroamérica.

John Negroponte, entonces embajador de EEUU en Honduras, junto a
Oliver North y Otto Reich, dirigían estas operaciones sucias.

La base de Soto Cano es la sede de la Fuerza de Tarea Conjunta "Bravo"
(JTF-B) de Estados Unidos, compuesta por efectivos del ejército, las
fuerzas aéreas, fuerzas de seguridad conjuntas y el primer batallón-
regimiento Número 228 de la aviación estadounidense. Son 600 personas
en total y 18 aviones de combate, incluidos helicópteros UH-60 BlackHawk y
CH-47 Chinook. Soto Cano también es la sede de la Academia de la
Aviación de Honduras. Más de 650 ciudadanos hondureños y
estadounidenses viven en las instalaciones de la base.

La Constitución de Honduras no permite legalmente la presencia militar
extranjera en el país. Un acuerdo "de mano" entre Washington y Honduras
autoriza la importante y estratégica presencia de los cientos de militares
estadounidenses en la base, en un acuerdo "semipermanente". El acuerdo
se realizó en 1954 como parte de la ayuda militar que Estados Unidos
ofrecía a Honduras. La base primero fue utilizada por la CIA para lanzar el
golpe contra Jacobo Arbenz en Guatemala.

Cada año, Washington autoriza cientos de millones de dólares en ayuda
militar y económica a Honduras, que es el tercer país más pobre del
hemisferio. Este acuerdo que permite la presencia militar de Estados
Unidos en el país centroamericano puede retirarse sin aviso.

El 31 de mayo de 2008, el presidente Manuel Zelaya anunció que Soto
Cano (Palmerola) se utilizará para vuelos comerciales internacionales. La
construcción del terminal civil se financió con un fondo del ALBA (Alianza
Bolivariana para las Américas).

Los dos generales con mayor participación en el golpe contra Zelaya son
graduados de la Escuela de las Américas y mantienen lazos estrechos con
los militares estadounidenses en Honduras. El comandante de la Aviación
de Honduras, general Luis Javier Prince Suazo, estudió en la famosa
Escuela de las Américas de Estados Unidos en 1996. El jefe del estado
mayor conjunto, general Romeo Vásquez, destituido por el presidente
Zelaya el 24 de junio por desobedecer sus órdenes, y luego actor principal
en el golpe militar sólo días después, también es graduado de la Escuela de
las Américas. Los dos altos oficiales hondureños mantienen relaciones muy
estrechas con el Pentágono y las fuerzas militares estadounidenses en Soto
Cano.

El embajador de Estados Unidos en Honduras que cambió en septiembre
2008, Charles Ford, fue transferido al Comando Sur en Miami para
encargarse de la asesoría para el Pentágono sobre América Latina.

Los militares hondureños están financiados, entrenados, adoctrinados y
comandados por el ejército estadounidense sobre la base de la doctrina anti
izquierdista y anti socialista. Por eso era tan fácil actuar contra el presidente
Zelaya, su comandante en jefe, porque lo veían como parte de la "amenaza
izquierdista", contra la que llevan combatiendo desde hace decenios.

De todas estas evidencias -y habrá más en el futuro- se comprueba el
inconfundible papel de Washington en el golpe de Estado en Honduras
contra el presidente Zelaya.

http://www.state.gov/r/pa/prs/ps/2009/july/125564.htm

http://www.state.gov/secretary/rm/2009a/06/125452.htm

http://www.state.gov/secretary/rm/2009a/july/125753.htm

http://www.radiomundial.com.ve/yvke/noticia.php?28366

http://www.elheraldo.hn/País/Ediciones/2009/06/05/Noticias/Lo-que-se-
haga-debe-ser-legal-y-constitucional

http://www.arcadiafoundation.org/videos.html

http://www.youtube.com/watch?v=ukacM-77lXs

http://www.aporrea.org/actualidad/n138264.html

Fuente: TeleSUR _ 13/07/2009
Por Eva Golinger

http://www.honduraslaboral.org/leer.php/1964

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