miércoles, 15 de julio de 2009

From: Amanda Castro.

Cuando no pueda ya verte/ con estos ojos/ con este cuerpo/ en esta vida/ es tu verde lo que recordaré/ y tu profundidad de amar/ en las montañas/ dejame por ahora/ respirar tu verde/ en este cerro que asemeja la selva/ del Patuca/

Una persona puede escoger/ quedarse en el golpe tan fácilmente/ como escoger el color de la camiseta que llevará ese día/ entonces hay quienes se quedan con el golpe/ y lo amasan/ y lo amasijan/ y lo acarician lascivamente/ por las noches salivando/

En cambio hay otras/ que lloran y se humedecen/ completas/y salen a las calles a recorrerte/ manifestándose juntas/ con la fortaleza de las Ceibas Sagradas/ y hay las que piensan y re/piensan/ estrategias/ y buscan caminos alternativos/ que permitan salir del letargo y la apatía/ y habemos las imposibilitadas de caminar/ las que aprendimos a hacerlo con las palabras/ las que aprendimos a amar a partir del respeto/ a las diversas manifestaciones que puede tener un todo/ concretizado en el tiempo/ esas nos enseñan la validez de la rabia otra/

Esas nos recuerdan que lo cotidiano no cesa/ que los cipotes comen/ —con mel o sin él—/ que las medicinas hay que comprarlas/ aunque escaseé el pisto/ Hay los/las que nos enseñan que ni el dolor/ ni el hambre/ ni la desesperación/ ni la angustia/ son excusa para borrar de nuestras listas/ las prioridades/ “esos…/decía Mario Benedetti/ …son los indispensables”/ En realidad todos/todas somos indispensables/

A todos/todas los que marchan/ y a los/las que ya no podemos marchar/

amanda castro/ comayagüela/ 6 de julio del 2009/

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