miércoles, 29 de julio de 2009

EL TORBELLINO DE LA RESTITUCIÓN PRESIDENCIAL

From: GALEL CARDENAS AMADOR

EL TORBELLINO DE LA RESTITUCIÓN PRESIDENCIAL

Galel Cárdenas

El torbellino que ha producido la deposición del Presidente Manuel
Zelaya Rosales es histórico, en pleno siglo XXI.

Veamos lo que se ha producido. Un primer elemento es que el Departamento
de Estado sabía perfectamente que el golpe se estaba gestando. Otro
elemento es que los golpistas habían convencido a LLorens, embajador de
Estados Unidos en Honduras, sobre que el golpe no iba tener mayores
consecuencias a nivel nacional e internacional, debido a que el
Presidente Zelaya había perdido poder legal, poder institucional y poder
militar para proseguir en la supuesta reelección de acuerdo con los
planteamientos del Presidente, cuando propuso la instalación de la
cuarta urna, a fin de decidir por la vía de la votación directa una
nueva Asamblea Nacional Constituyente.

Las organizaciones internacionales de estados como la ONU y la OEA
fueron claros en apoyar la restitución inmediata del Presidente Zelaya,
a lo que Estados Unidos no pudo oponerse. Sin embargo se produjo una
lucha interna en el gobierno de Obama, los restos de una fuerza de
derecha que apoyó el golpe y los esfuerzos del Presidente demócrata que
condenaba el golpe. Demás está decir que el grupo de países
pertenecientes al ALBA, el grupo de Río, Mercosur, y demás instituciones
corporativas de países del mundo presionaron con fuerza hacia la
restitución correspondiente.

Se da por descontado que Hillary Clinton de acuerdo con las decisiones
del gobierno demócrata apretó al dictador. Entre tanto el Presidente
Zelaya decidió presionar al mundo con su instalación en la frontera de
Nicaragua, lugar en donde los militares reprimieron a los peregrinos de
la democracia y en la cual asesinaron a un muchacho miembro de la
comisión de disciplina del Frente Nacional de Resistencia contra el
Golpe de Estado.

El Canciller Amorin de Brasil a solicitud de Lula, presionó a Washington
para que se distendiera la situación, por lo que el Departamento de
Estado comenzó a cancelar visas a los funcionarios del gobierno
dictatorial y anuncian otros desvisados.

Sin embargo, Washington le propuso a Mel Zelaya que el problema de su
restitución se podía resolver sin sangre, en cuestión de días, pero que
si entraba sin Arias y sin la OEA el gobierno norteamericano no se
responsabilizaría de las consecuencias.

De este modo, los acontecimientos en vértigo se van precipitando hacia
un posible desenlace, en el cual el torbellino denominado Manuel Zelaya
Rosales va arrollando a sus compatriotas, a los militares, a los
civiles, a los países centroamericanos, los latinoamericanos y los del
mundo entero.

La restitución en ese torbellino se ve a veces clara, y a veces
oscurecida por la represión y la sorda oposición de los golpistas que
realizan todas las artimañas posibles para evitar ser expulsados del
poder y después evadir la justicia que deberá condenarlos por traición a
la patria.

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