viernes, 17 de julio de 2009

Poder Ciudadano

From:   lizeth coello

Poder Ciudadano.

He sido una ciudadana que ha cumplido con la responsabilidad de emitir su voto para la elección y nombramiento de los funcionarios del Poder Ejecutivo y Legislativo desde 1982 con la esperanza,  que como yo alberga siempre el pueblo  de que los elegidos representantes, consientes de su obligación como servidores públicos,  harán lo necesario y cumplirán sus propuestas de campaña.

A pesar de la consecutiva decepción que sufrimos por la conducta de muchos funcionarios prevaricadores, a quienes la justicia divina o terrenal, tarde o temprano alcanza, seguimos creyendo que la democracia como forma de acuerdo social de convivencia es el sistema que nos está permitiendo  participar como ciudadanos y ciudadanas en la elección de los gobernantes y progresivamente  llegaremos mas allá de votar a poder pronunciarnos sobre aspectos constitucionales, legislativos y administrativos.

Me incorpore a la insurrección pacifica a que tengo derecho de cara al golpe de Estado realizado este 28 de Junio y he sido víctima junto a otros cientos de ciudadanos de una represión violenta e  innecesaria para el desalojo de las inmediaciones de Casa Presidencial donde nos encontrábamos.

Soldados cubiertos con cascos y escudos, armados con fusiles y vociferando cual hordas salvajes se nos vinieron encima repartiendo golpes a diestra y siniestra disparando y obligándonos a salir del negocio donde nos encontrábamos y en el que nos disponíamos a comer.

Como profesional y no por vaga he sido parte de comisiones de Sociedad Civil a presentar  informes al Comité Internacional de Derechos del Niño en el marco de la Convención de la cual Honduras es signataria desde el año 1990, también al Comité de Derechos Humano y al Comité Contra la Tortura de la Naciones Unidas por lo que he podido, haciendo uso de los instrumentos de cada una de estas instancias y en el marco del respeto al derecho, denunciar y abogar porque la situación de la niñez y juventud mejore.

Me duele el cuerpo por los golpes recibidos y los gases de las bombas lacrimógenas afectaron mis ojos, nariz y garganta,  los disparos, los gritos y el avance de los antimotines sobre nosotros lo sufrí y enfrente con un miedo horroroso durante el cual no pude contener la orina. Miedo que virtuosamente también ha fortalecido mi carácter y me anima a no permitir nunca un gobierno de fuerza que utiliza la brutalidad como forma de disuasión.

La presencia y valentía de muchos jóvenes al frente de los represores, la compañía de líderes de diferentes organizaciones populares y de otras mujeres en esos momentos y que a diferencia de mi caso para algunos de ellos esta no es quizá la primera vez que sufren esta violencia y se ven nuevamente convocadas a ofrecer resistencia, me infundio valor y animo al comprobar que no estamos solos, que somos muchos los idealistas luchando por una Honduras que amamos y que merece diferentes escenarios en donde la solidaridad, la tolerancia, la inclusión y el respeto a la diferencia sean la conducta social.

Al cabildear con las diferentes autoridades del Estado de Honduras, en los últimos tres gobiernos sucedidos y tratando de incidir en sus actos y toma de decisiones respecto a cambiar la situación  en la que sobrevive el 52% de la población la cual es menor de 30 años y que brevemente enunciare dado que esto se lee en varios informes, documentos, denuncias etc.; he sufrido al reconocer que verdaderamente a ningún Gobierno esto le ha importado seriamente.

A la infancia, adolescencia y juventud la encontramos en un ya intolerable porcentaje viviendo en situación de calle, trabajando en difíciles circunstancias, siendo explotados sexualmente en una asombrosa actitud pasiva de familiares, vecinos y gente común al punto que se llega una y otra vez a re victimizar las criaturas por el abuso mediático de los poquísimos casos que salen a luz pública.

Intencionadamente amarillista la violencia se endosa a las y los jóvenes y en las excepciones de casos sucedidos, quienes infringen la ley se ven inmersos en un sistema de justicia penal juvenil deformante y en mayor riesgo por  propuestas proselitistas retrogradas.

También encontramos la niñez y juventud en orfandad por causa del VIH- SIDA, de la migración, de la muerte violenta de sus padres y otras causas sin el amparo ni siquiera familiar y mucho menos del Estado. 

Encontramos adolescentes  embarazadas y jóvenes madres solteras buscando trabajo sin tener donde dejar a sus hijos por lo que habrá que hacer de nuevo el Artículo 167 de la Constitución de la República para que incluya la urbanidad de cara a la realidad de hoy día.

Tenemos una colección interesante de leyes nacionales e internacionales relativas a la niñez y juventud que han podido ser ignoradas y violadas sin que eso sea motivo de ocupación para las autoridades de todos los Gobiernos sucedidos en este periodo democrático.

Así vamos llegando a una cada vez mayor desresponsabilidad estatal incumpliendo la Constitución de la República en el Título III de las Declaraciones, Derechos y Garantías, Capítulo IV De los Derechos del Niño de los Artículos 119 al 126.

Defensores de la institucionalidad democrática, en cuanto a funciones y responsabilidades institucionales, no se inmutan frente a las ineficaces duplicidades en programas y proyectos para lo que basta  revisar instancias como el IHNFA, PANI, Secretarias de Educación y Secretaria de Cultura, Arte y Deportes, INAM, PRAF, IHADFA, CONADEH y otros que desconociéndose entre si contribuyen al desperdicio de los pocos recursos de que se dispone.

En este contexto considero fundamental recordar al golpista particularmente lo declarado en los artículos 5 y 7 recopilados en los Estatutos y El Nuevo Ideario del Partido Liberal con fecha 2 de Julio de 1982 y que anotan como Principios en el Artículo 5 que el Partido Liberal, al cual ha ofendido gravemente, condena cualquier sistema que signifique opresión y menosprecio de la dignidad del hombre, que en el Artículo 7 se acepta como fuente legitima del Poder Publico la voluntad del pueblo expresada en comicios libres y honestos; rechaza el continuismo en cualquiera de sus formas; condena la violencia pero reconoce el derecho del pueblo para oponerse a los regímenes que surgen contra su voluntad.

Se ha vuelto una costumbre entre los políticos de oficio y otros, el llevar los análisis de situación por una vereda laberíntica que confunda los pensamientos sencillos, y ayudados por el conveniente márquetin mediático resulten la mayoría de las personas manipuladas a favorecer intereses incluso en su propia contra, como ejemplo en el que se llega a aceptar que democracia significa solamente votar en elecciones y no decidir.

Estamos siendo  agraviados por la acción golpista ejecutada a partir de elucubraciones que género una consulta y por el habérsenos negado la oportunidad de haber expresado nuestro  acuerdo o no a la instalación de una cuarta urna en las próximas elecciones en la que también se nos preguntaría si quisiéramos una Asamblea Constituyente para que elaborara una nueva Constitución.

Harto expresado pero nunca objeto de credibilidad lo dicho por el Presidente elegido por el pueblo hondureño José Manuel Zelaya Rosales  y su esposa Xiomara Castro quienes han manifestado no quedarse ni un día más ni un día menos de lo que corresponde al periodo de su Gobierno, se llega a tal extremo de justificar un golpe de Estado inaceptable a nivel nacional e internacional.

Lo que verdaderamente esta de fondo a mi criterio es una enfermedad espiritual que se llama avaricia, una actitud conductual de indolencia, un morboso y adictivo disfrute de las ventajas que da el poder, una culpa compartida a tal punto que se cumple la enseñanza  del nazareno en la sentencia hacia la adultera encontrada en pleno acto y que invita a reconocer nuestra responsabilidad.

He renunciado,  junto a cientos de miles de ciudadanos, a la simple observación y dejar que otros resuelvan a conveniencia las situaciones de crisis y pretendo ser un obstáculo para la oportunidad que esto significa para quienes de esto se han aprovechado hasta hoy, sinvergüenzas que ya tienen la conciencia cauterizada, por lo que mi decisión es participar activamente aunque nos signifique sufrir en el cuerpo esta brutalidad que nos fortalece.

Por la infancia, adolescencia y juventud hondureña.

Dra. Lizeth Coello
0801 1961 04827

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