GOLPE DE ESTADO EN HONDURAS; GANADORES Y PERDEDORES

De: Antonio Vallejo

GOLPE DE ESTADO EN HONDURAS; GANADORES Y PERDEDORES.
GEÓGRAFO PABLO CÉSAR DÍAZ

DEPARTAMENTO DE CIENCIAS SOCIALES.
UNIVERSIDAD PEDAGÓGICA NACIONAL “FRANCISCO MORAZÁN”

Han transcurrido 26 días desde que ocurrió el golpe de Estado que tiene a Honduras hundida en un mar de incertidumbre. 26 días en los que se han ido sucediendo una serie de acontecimientos que de otra manera jamás nos hubiéramos imaginado. En este tiempo, los hondureños hemos tenido la oportunidad de reflexionar acerca del comportamiento de los grupos antagónicamente implicados en el conflicto.

Desde el primer instante nuestra afirmación fue que los golpistas tuvieron un error de cálculo. Si consideramos que los protagonistas del golpe de 2009 son los mismos que estaban detrás de los dos últimos golpes de estado que se dieron en Honduras, en 1963 y 1972, es fácil entender el por qué de la torpeza con la que han manejado la situación hacia adentro y hacia afuera.

La idiosincrasia del pueblo hondureño ha cambiado en los últimos 30 años, los niveles de organización de la sociedad civil han mejorado notablemente, tenemos en este momento actores sociales que antes no existían, las redes sindicales, estudiantiles, los gremios de docentes y la presencia de académicos e intelectuales en las calles nos demuestran un cambio en la manera como el pueblo ve un golpe.

Ese fue el primer error de los golpistas, pretender que iban a golpear la democracia de esa manera y que al día siguiente todo iba a estar normal. Pretender que el verde olivo se iba a imponer en las calles e iba a sembrar el terror que sembró en la década de los ochenta. Se equivocaron rotundamente.

Honduras fue un país brutalmente reprimido durante la guerra de baja intensidad. El terror se sembró con toda la brutalidad imaginable. Los mensajes en los cadáveres de los desaparecidos, asesinados y torturados por el 3-16 y otros cuerpos represivos nos espantaron nos paralizaron de miedo. El descabezamiento de los movimientos populares, la desmovilización de los sectores estudiantiles le dio al país lo que algunos han llamado la paz de los muertos.

En relación con otros países hemos tenido una “paz” hasta ahora inalterada; la paz de los cementerios. Después de 30 años el pueblo hondureño ha madurado y se ha lanzado a las calles a pelear en contra de los cuerpos represivos que antes temía. Ahora las Fuerzas Armadas y los cuerpos de seguridad no imponen tanto temor como antes. Ellos han perdido¡¡¡¡¡¡.

Un error de los golpistas fue contar con ese temor en la población. El pueblo ha dado muestras de que no tiene miedo, ha demostrado en las calles que está dispuesto a dar la vida por lo que cree que es correcto. La clase política ha resultado seriamente dañada en este proceso. El bipartidismo está seriamente dañado, los dos partidos políticos tradicionales, literalmente no tiene candidatos en el proceso electoral que se avecina.

Ambos candidatos han dado muestras más que convincentes de avalar el golpe, automáticamente se han convertido en indeseables y “no gratos” dentro de sus cuerpos políticos. Los partidos emergentes y la candidatura independiente de un líder sindical sin cuestionamientos aparece en el horizonte como una promesa para una masa de votantes desesperanzada. Los Partidos políticos tradicionales han perdido ¡¡¡¡¡¡¡.

La clase empresarial, que apoyo y sigue apoyando económicamente el golpe está perdiendo. Se ha dado cuenta de que una vez en el poder los golpistas no les obedecen. Los compromisos a los cuales habían llegado días antes del golpe en sendas reuniones no están siendo cumplidos por los golpistas. Esto los ha llevado a replantear su estrategia y a pedir a Micheletti que abandone el poder, no porque quieran restablecer el orden constitucional, sino porque sus empresas están perdiendo diariamente millones de lempiras al tener paralizada la economía. Los empresarios han perdido ¡¡¡¡¡.

Los Estados Unidos, han perdido ¡¡¡¡¡. Apoyaron un golpe que pensaron iba a mandar un mensaje a todos los pueblos de América que sentían simpatías por los proyectos asociados con la Alternativa Bolivariana. Jamás contaron con la resistencia interna. El domingo 5 de julio, se dio la manifestación más grande en la historia de este país, centenares de miles de compatriotas aprendieron que “la soberanía emana del pueblo”. Comprendieron en la práctica ese texto constitucional abstracto. Desde el punto de vista organizacional, el pueblo ha ganado ¡¡¡¡¡¡.

La torpeza de los promotores del golpe, se evidenció como nunca en los primeros días después del golpe. Nombramientos apresurados de personajes oscuros o de excandidatas que estaban legalmente sancionadas por demandar al estado. El procedimiento de ratificación y nombramiento de las autoridades golpistas desconociendo los procedimientos establecidos por la constitución, la ligereza de nombrar a un “canciller” que en su soberbia y prepotencia no se midió para denigrar, ofender e insultar a topo el que se le pusiera al frente, incluso al mismo presidente de los Estados Unidos de América.

A pesar de que querían desaparecer del imaginario popular la figura de José Manuel Zelaya Rosales, este se ha erigido para la comunidad mundial y para el hondureño pobre y humilde (cercad el 80% de la población total) en un patriarca, en un héroe, en un mártir que hay que defender. Nos hemos sentido muy afines a los mártires. La historia nos lo ha demostrado. En este proceso Mel ha ganado¡¡¡¡¡¡.

Tristemente, el presidente de Costa Rica, no se dio cuenta nunca de la trampa en la cual lo estaban metiendo las oligarquías centroamericanas al colocarlo como mediador de un conflicto en el que no había nada que negociar. Desde antes de iniciar el proceso de mediación estaba muerto. La imagen de pacifista del nobel de la Paz, se ha debilitado. Al interior de la sociedad costarricense existían serios cuestionamientos al segundo mandato de Arias. Ahora la oposición tiene más elementos para sus cuestionamientos. Oscar Arias ha perdido ¡¡¡¡¡.

Pase lo que pase en los siguientes días, todos tenemos claro quiénes han ganado y quienes han perdido durante este conflicto. Como decíamos anteriormente, muchos se han desenmascarado durante este proceso. El pueblo los ha conocido. Quienes despreciaban a las masas por ser ignorantes y por no tener criterio al momento de actuar, “peligrosas masa a las que no se les debe consultar pues no tienen la capacidad de decidir” se han dado cuenta de que los procesos sociales no son tan simples.

Se han estrellado contra un muro que no sabían que estaba allí. Al margen de cómo se resuelva este conflicto, el pueblo ha ganado. Ha alcanzado un nivel de madurez política que antes no tenía. Ha salido a las calles a pelear por algo más que el pan. Los maestros están paralizados y por primera vez no es por demandas salariales. Los sindicatos están paralizados, las universidades se están convirtiendo en centros de difusión del pensamiento.

Estamos superando la enseñanza folletesca, y estamos discutiendo una realidad que nos ha venido a trastocar nuestra manera de ver y entender el mundo de la noche a la mañana. Los estudiantes están dando muestras de pertenencia a una clase social definida. Ya no caemos en el juego de los camisas blanca. Ese concepto de paz burguesa lo estamos superando.

Las iglesias han perdido. Caerán pastores y prelados. El triste papel asignado a las iglesias por los golpistas hará que su membrecía se reduzca. Nadie quiere ir a confesarse donde un cura que promovio un golpe, o donde un pastor que oró para que no se tocarán ni afectarán los bienes de los todopoderosos de este país. Las congregaciones sienten vergüenza por sus dirigentes. Las iglesias han perdido¡¡¡¡¡.

No sabemos cómo va a terminar todo esto, pero si sabemos quiénes somos, sabemos lo que podemos hacer cuando actuamos con inteligencia colectiva. Cuando escuchamos los mandatos del pueblo. La lucha le ha enseñado al pueblo posibilidades que antes no creía alcanzables. Le ha enseñado que la presión social es un recurso poderoso, le ha enseñado que la razón se impone a las armas.

Esperamos que no nos enseñe que las armas son una razón cuando la sinrazón oligárquica se impone. Aún en ese escenario, el pueblo habrá ganado ¡¡¡¡¡.