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Miembros de la recién formada Coalición por la democracia y la paz en
Honduras, constituida por
organizaciones de hondureños y salvadoreños, protestó este lunes pasado
en la ciudad de Los
Angeles, California, por el golpe de Estado en aquel país.

Néstor Martínez
Redacción Diario Co Latino

Miembros de la recién formada Coalición por la democracia y la paz en
Honduras, constituida por
organizaciones de hondureños y salvadoreños, protestó este lunes pasado
en la ciudad de Los
Angeles, California, por el golpe de Estado en aquel país.

La protesta, realizada en el conocido y céntrico MacArthur Park, de Los
Angeles, fue acompañada
por una conferencia de prensa en la que los organizadores apoyaron la
resolución de la
Organización de Estados Americano, para la restitución del Presidente
Manuel Zelaya.

Asimismo, denunciaron y demandaron al Presidente Barack Obama que
sancione y castigue con
la ley a cualquier persona de su gabinete o del Departamento de Estado
que haya colaborado,
participado o conspirado en la planificación del Golpe de Estado de
Honduras, considerando
que “el golpe de Estado es terrorismo de Estado, ya que pone en peligro
la paz y la seguridad
del Pueblo de Honduras y de todo el hemisferio Americano”.

Tras calificar como “terroristas de Estado los que tienen el poder
público en Honduras”, los
organizadores demandan “que todo el Cuerpo Diplomático o personal del
Departamento de
Estado, y principalmente todos los militares estadounidenses sean
retirados y bajo ninguna
circunstancia cooperen, asistan y no tengan ningún vinculo con las
fuerzas golpistas”, y que se
aplique la justicia nacional e internacional a Roberto Micheletti y a
todas las fuerzas golpistas la
aplicación y sanción de la Justicia Nacional de Honduras y la Justicia
Internacional tipificado en el
Derecho Internacional según la Carta Universal de Derechos Humanos y en
todos los Convenios
Internacionales de Derechos Humanos y en el Derecho Internacional
Humanitario aplicable cuando
se da la suspensión de los derechos fundamentales en los estados de
excepción.

“El embajador norteamericano sigue allá. Los generales, mayores y coroneles estadounidenses estacionados en la base de Honduras siguen en contacto con los asesinos como si fuera una cosa rutinaria. Todavía el presidente norteamericano no ha definido las acciones en Honduras como un golpe de Estado ni ha roto relaciones ni ha cortado la ayuda. Mientras los golpistas masacradores sigan pensando que Washington va a seguir dando apoyo económico y diplomático o manteniendo relaciones, ellos no van a renunciar”, declaró James Petras.