miércoles, 15 de julio de 2009

Será normal lo que pasa en Honduras? Reflexión

From; Iris Mencía.

Será normal lo que pasa en Honduras? Reflexión

Esta mañana, mientras se esperaba que la población manifestante contra el
Golpe de Estado, llegará al punto de reunión en la zona norte del país, salida
Carrizal, cinco jóvenes fueron detenidos, trasladados a la DGIC; y luego,
rápidamente liberados, no sin la intervención del Comité de Familiares Detenidos
Desaparecidos de Honduras.

Una simple investigación, dijeron, y pronto de nuevo se incorporaron al punto
convocado.

¿Normal? ¿Es normal que esto suceda? la verdad, No. Casi nada de lo que
está pasando hoy día y en las ultimas dos semana en el país, en diferentes
departamentos, municipios y cabeceras municipales, es normal. Sin embargo,
pareciera que sí.

La soledad de las calles de Tegucigalpa no es normal. El toque de queda
tampoco lo es; esas carreritas de la gente para llegar a tiempo, esas
justificaciones de: así hay menos delincuencia, más paz, tampoco es normal.

Esa parece ser una paz del miedo y esta "Paz" huele mal, como decía hace
poco, un amigo periodista.

Hay que pellizcarse y restregarse los ojos para ver que en las distintas calles,
poco a poco han ido saliendo, los militares.

Pasean con sus fusiles en el segundo piso del edificio Midence Soto y

Entre policías y militares en grupo caminan, Protegen la paz. ¡Vaya absurdo!

En algunas esquinas solitarios soldados merodean. Y en las salidas y entradas
del país, custodian. ¡Ay ,que feo eso de Custodiar, custodio custodia!, no
obstante, esta pasando así.

¿Será normal que las familias se dividan, discutiendo de qué bando están?
Inaudito...

¿Hay que pellizcarse y preguntarse ¿ Cómo es posible, qué una parte del
pueblo justifique un Golpe de Estado, un Estado de Sitio? ¡Hay que anudarse
los lagrimales! y luchar e insistir y en crear consciencia del retraso cultural
económico político, Etc. Etc, que esto implica.

No hay necesidad de citar grandes pensadores ni ideólogos, ni traer
Venezolanos, ni Nicaragüenses, ni de ninguna otra nacionalidad para pensar por
si mismos en la oscuridad que implica ver como normal la represión, la violación
de la Derechos Humanos, las detenciones, la muertes a mansalva, la balacera
innecesaria de un pueblo que caminó y caminó en paz, desde la Universidad
Pedagógica Nacional hasta el aeropuerto Toncontín.

¿Cómo pueden ver bien la detención de un padre que no pasa su luto, de ver caer
a su hijo en una lucha sin arma, saberle asesinado y detenerle luego, cuando
aún el cuerpo de du hijo, joven de 19 años, está calientito en la tierra?

Honduras, Honduras, profundo abismo, grietas abiertas, péndulos oscilantes
marcando la historia segundo tras segundo, ya nada es igual aquí, algo ha
cambiado o quizá todo ha cambiado, ya no es inocente el tirador ni quien ordena
el tiro, ya creció el muchacho que probó un garrote, ya la madre que acompañó a
su hijo; ya la anciana que anda todavía, el artista, la artista libre, la indígena y el indígena con su burrita a cuesta y su morral con agua...

Cada paso desde hace tiempo como el polvo de los caminos, es antiguo y más
largo, más ligero, más consciente, nada es igual y nada es normal, aunque así
parezca desde el confort acostumbrado en muchos lugares todavía y desde la
verdad oculta cuya mentira pesa como el peso de lo obvio.

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