martes, 21 de julio de 2009

POSTALITA DE HONDURAS

From: Oscar Amaya.
 
POSTALITA DE HONDURAS
                                                                              
Se habla mucho de injerencia, en los medios de empresa; es decir de prensa, dicen que Chavez es uno de ellos y que està a punto de invadir Honduras. otros afirman que todos los marchistas antigolpistas son venezolanos, nadie es hondureño. Un tal Contreras lo dijo en la ONU.
 
He oìdo decir, en los medios de prensa internacional, que una gran cantidad de asesores gringos estàn implicados en el golpe, lo mismo que el Comando Sur. Pero de esa injerencia nadie habla aquì.
 
Los gringos estàn aquì desde el siglo XIX. Ellos mandan. Muchos se cuadran militarmente, sin ninguna verguenza. Ellos, los gringos, son dueños de todo. No hay una tan sola bala que no les pertenezca. Pero nadie habla de  esa injerencia aquì.
 
Nos dejaron sin minas, agotaron las tierras del litoral atlantico, son dueños de la oligarquìa tambien, de sus gustos. Los sueños de la burguesìa, son los sueños americanos. Pero de esa injerencia nadie habla aquì.
 
Ellos, los americanos, son dueños hasta del estilo de redactar noticias que tienen los periodistas aquì. Estos redactan, hablan y presentan noticias con el mismo tono de los periodistas gringos de CNN. Adotaron la "objetividad gringa" para redactar. De esta injerencia nadie habla aquì.
 
Los pastores evangèicos adoptan el tono, el deje, la gestualidad de los traductores gringos en el momento de expetar sus homilias y sermones. De esta forma anglosaja¡ona y gringa de ser nadie habla aquì.
 
Todo es de los gringos, las comidas ràpidas, la ropa de bulto, el rock estùpido y hasta el cansino caminar de la niña pequeñoburguesa es de las gringas. De esta injeencia nadie habla aqui.
 
Nadie dice de la destruccion de nuestro lenguaje. La sintaxis es de ellos. Nadie habla de esta injerencia, tampoco.
 
De ellos es tambien la mano de obra de nuestros inmigrantes. Nadie dice nada de esa explotacion.
 
Ellos son de nueños de  Copan, de nuestros museos, de los bosques de los hoteles, de los trajes y corbatas usados por los diputados imitan  la moda gringa. De la hamburguesa de hoy, de la dona y la Coca cola. En fin, ellos son dueños de diez generaciones de hondureños, hipotecadas por la deudas onerosas que nos obligaron contraer sus mandaderos y politicastros.
 
Ellos son dueños de todo, pero de esa injerencia nadie habla. Todas callan. 
 
Sin enbargo, se rasgan las vestimentas cuando los latinoamericanos nos proponen nuevas formas de ser y actuar. Aquì, al parecer, hasta la ecuanimidad, es gringa.

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