lunes, 20 de julio de 2009

Las firmas de la bendición golpista

From: Jeremias Paz y Bien

Las firmas de la bendición golpista

Sin ánimo de parecer anacrónico, y sin el interés en abogar por el ciudadano Manuel Zelaya, que ya tiene quién por él; les invito a recordar en estos momentos de "diálogo y conciliación" -cuyas bases y principios deben ser la verdad y la justicia-, las nefastas palabras de los 11 obispos de la Iglesia Católica hondureña, transmitidas en cadena nacional el pasado sábado 4 de julio. Yo no les reclamo a ellos, en primer lugar, que hayan tomado partido por los golpistas de una manera tan diplomática; eso para mí va de segundo, sino que hayan dejado como "ovejas sin pastor" a un pueblo que no encuentra en sus episcopales palabras ni una pizca de Evangelio de Jesucristo, de Buena Noticia para los pobres, dejándolo -o mejor dicho, revelándole en lo que siempre ha estado- en completa indefensión jurídica frente al poder del Estado que ostenta la legalidad de reprimir por la fuerza de las armas y la violencia institucionalizada. Ahora que las fuerzas golpistas, 21 días después, se sienten acorraladas y han bajado -en apariencia, al menos en las calles a luz del día- el nivel de represión, dirán algunos que el comunicado de la CEH contiene algunas recomendaciones certeras que orientan a la resolución de la crisis en lo inmediato; pero yo les llamo a reconocer el espíritu del documento en su conjunto, para que no nos perdamos, y a darnos cuenta que esta jerarquía de la Iglesia Católica evidenció lo que siempre -detrás del discurso- ha sido en la práctica: una élite privilegiada, una cúpula que se pastorea a si misma alejada del "sentir con la Iglesia", como es el lema del obispo y mártir Oscar Arnulfo Romero. En aquella hora del 4 de julio ya han dado la cara a través de la letra, y han dejado que el tristemente célebre cardenal pusiera el rostro por todos ellos. ¡Qué pena! Les hubiera sido más coherente leer el comunicado estando los 11 presentes ante las cámaras. A ellos les dedico todo el capítulo 23 del Evangelio según san Mateo. A ellos, los que se hacen llamar "mi señor" (monseñor)  y0 no les pido que rectifiquen, porque en realidad no se les puede pedir nada menos que auténtica "conversión", que vuelvan a nacer.

Luis Velásquez R.
Laico bautizado

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