miércoles, 22 de julio de 2009

Honduras: ¿Derecho a la insurrección?

From> Leonel Flores

Honduras: ¿Derecho a la insurrección?
Leonel Flores (*)

La comunidad internacional debe de alzar la voz y no destruir el diálogo
concertador

WASHINGTON - La situación en Honduras se ha vuelto caótica, la pasividad
con la que la comunidad internacional esta viendo este problema lo
profundiza
aun más. Darle largas al asunto es hacerle el juego a los culpables de
romper
el orden democrático y constitucional en Honduras. A esto le apuesta el
gobierno de facto y una parte de parlamentarios Estadounidenses que están
presionando por “estudiar mas la situación en Honduras”. Esto daría el
tiempo necesario para colocar en el nuevo gobierno las piezas que mejor
les convenga. Las posiciones extremas han copado la opinión publica
al respecto y de no ceder es una bomba de tiempo que puede estallar
desde los sectores mas vulnerables de la sociedad hondureña.

Pero… ¿Tiene derecho el pueblo a la insurrección?

El articulo 3 de la constitución de Honduras dice:”nadie debe obediencia a
un gobierno usurpador ni a quienes asuman funciones o empleos públicos
por la fuerza de las armas o usando medios o procedimientos que quebranten
o desconozcan lo que esta Constitución y las leyes establecen. Los actos
verificados por tales autoridades son nulos. El pueblo tiene derecho a
recurrir a la insurrección en defensa del orden constitucional”.

¿Es este el caso sucedido en Honduras? Todo apunta a que si, pero esto
todavía no justifica una acción de tal magnitud –la insurrección popular-,
pues en aras de restablecer el orden democrático podría esto llevar a dicho
país Centroamericano a sufrir una guerra civil de la cual no se
librarían por
mucho tiempo y crearía estragos permanentes en la sociedad Hondureña
con las consecuencias pertinentes al caso y extendidas a toda la región.
Nuevamente, la comunidad internacional debe de alzar la voz y no destruir
el dialogo concertador. La diplomacia internacional debe exigir honestidad
y transparencia de los mediadores, en especial de EEUU cuya posición
debe ser clara y contundente y no dar lugar a dudas sobre una actitud
de doble moral.

Muchos analistas políticos han visto con agrado el ofrecimiento de amnistía
al presidente constitucional de Honduras Mel Zelaya, de parte del golpista
Micheletti, esto, es como legitimar dicho gobierno de facto y aceptar
que el
presidente Zelaya es culpable de todo lo que ha recibido. Al contrario de
esto, la vía mas razonable seria la restitución de Zelaya para que culmine
el periodo presidencial, sin intenciones de reelección ni de consultas
populares y que sea el mismo pueblo quien elija a sus gobernantes en las
elecciones próximas. Por supuesto esto también incluye la creación de una
comisión Ad-hoc que evalúe y deduzca responsabilidades legales en
todo lo acontecido.

De agotarse todos los recursos posibles por restaurar el orden democrático
en Honduras para evitar un desastre político en la región, no le quedará
más
al pueblo hondureño que luchar por su libertad y si escogen la vía
insurreccional,
esperamos que ésta sea pacifica, tomando en cuenta, que la palabra
“insurrección”
no debe ser tomada como baños de sangre y montañas de cadáveres, sino una
insurrección moderna, sentada en otras bases, en la democracia y exigir
lo que
al pueblo le pertenece por la vía de la manifestación pacífica. La
decisión de
que se convierta en violencia está del lado de los golpistas.

Las siguientes son palabras de Graco Babeuf durante la revolución Francesa
refiriéndose a la opresión popular que sufrían, estas palabras describen
también la fragilidad de la situación en el hermano país Honduras:

“Habéis conseguido liquidar todos los lugares de reunión y de consulta
del pueblo; habéis impedido que se hable de vosotros libremente; habéis
reprimido hasta la mínima manifestación de descontento en el momento y en
presencia de la consumación de vuestras vilezas, cuando las cometéis; lo
que no es raro, ya que no os sorprendo nunca haciendo otra cosa. ¿Pero
pensáis que esto os aventaja en extremo? Impedís provisionalmente que
el murmullo del pueblo crezca ante vuestras narices y vuestras barbas, y
nada más. No habéis hecho más que concentrar la explosión, la mina
está latente, y cuando la materia volcánica hierve por mucho tiempo
en las entrañas silenciosas de la tierra, ¿qué hace? ¡Estalla!”.

(*) Médico y colaborador de ContraPunto.

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