viernes, 17 de julio de 2009

"Están disfrazando el golpe con una imagen de apego a la ley"

From:www.mdzol.com

"Están disfrazando el golpe con una imagen de apego a la ley"

Reina Rivera: Referente de organizaciones de los Derechos Humanos en Honduras.

La situación política y social en Honduras se agrava diariamente. Quienes perpetraron un golpe de Estado contra el presidente constitucional Manuel Zelaya, hasta el momento, sólo han sembrado represión e incertidumbre, mientras le dan un barniz de legalidad a su atropello garantizándole a las empresas privadas su libre funcionamiento, como si eso fuese todo el objeto de una democracia.

El domingo se impidió el regreso de Zelaya a Tegucigalpa y a cualquier otro aeropuerto y, en el medio, fueron fusilados dos manifestantes que estaban desarmados.

Este jueves no funcionó la primera instancia de mediación protagonizada por el Premio Nobel y presidente de Costa Rica, Oscar Arias y el ocupante de facto del poder en Honduras se retiró convencido de que nadie lo hará cambiar su actitud.

Mientras esto ocurre, cientos de personas son perseguidas y el país centroamericano se ha militarizado; son escasos los medios de comunicación que permiten la libre expresión y la dirigencia social es señalada como “parcial” y “partidaria” del depuesto mandatario, sólo por proteger la vigencia de los derechos de todas las personas.

Hasta hoy, la Corte Interamericana de los Derechos Humanos no puede pisar suelo hondureño por decisión del gobierno golpista.

MDZ logró ubicar –luego de muchos días de búsqueda- a una referente hondureña de los Derechos Humanos y dirigente de una de las organizaciones que más ha trabajado en ese país –aunque también a nivel internacional, desde la Coalición para la Prevención de la Violencia Armada, CLAVE- por reformas democráticas en la seguridad.

Se trata de Reina Rivera, de CIPRODEH, quien inició un diálogo que fue interrumpido por las constantes y urgentes reuniones y traslados que debe mantener, relatando cómo se inició la asonada cívico militar de su país. Es licenciada en ciencias jurídicas y sociales de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras con un posgrado en derecho penal y procesal penal. Es coautora de "Los derechos humanos en la práctica policial", coautora del "Diagnóstico sobre detención, aseguramiento, deportación y expulsión de migrantes en Honduras" y de la investigación sobre "Migración y refugio en Honduras". Fue jueza y fiscal del Ministerio Público en Tegucigalpa. También integra la red mundial IANSA.

Esto nos dijo:

- Desde días previos al golpe de Estado, ya se veía una inusual presencia policial en las calles. Batallones del sur del país habían sido llamado a Tegucigalpa y el presidente (Zelaya) les preguntó por orden de quién o quiénes lo hacían. La Fuerza Armada, en definitiva, se había autogobernado. El presidente, el día antes del golpe, dio la orden de que volvieran a sus lugares, y aparentemente habían acatado esa orden. Pero a las 5.30 de la mañana del domingo se produjo el golpe.

¿Cómo reaccionaron las organizaciones sociales, como la que usted dirige frente ante este hecho?

- En ese momento las organizaciones de derechos humanos fueron informadas por la gente desde diversos puntos de la ciudad de que se estaban dando allanamientos de moradas. Obviamente, las personas que se sentían víctimas o perjudicadas por el golpe de Esado  se volcaron a las organizaciones de DDHH. Y las primeras víctimas que llegaron fueron los factores políticos.

¿Cuál fue la actitud del gobierno de facto?

- Eso provocó que el trabajo de las organizaciones sea descalificado ahora. Sostienen que se trata de una toma de posición política de las entidades cuando en realidad lo que estamos haciendo es exigir el respeto de los derechos.

¿Tiene información de qué personas o sectores fueron perseguidas y quiénes están sufriendo las arbitrariedades de los golpistas?

- Indígenas, campesinos, maestros, sindicatos, y muchos más fueron las primeras víctimas. Sus domicilios fueron militarizados y allanados por la fuerza. Lo mismo pasó en los medios de comunicación y son muy pocos los medios en los que se puede expresar con libertad o bien informarse de lo que realmente está pasando.

¿Esta situación se ha sostenido a pesar de las intervenciones de la OEA, de organizaicones internacionales y de países que están condenando el golpe?

Hasta la semana pasada la persecución fue más corte militar y esta semana han dado un vuelco en su estrategia, se ha vuelto de carácter más “jurídico”, digamos. Empezaron a hacer funcionar de acuerdo a sus propósitos al Ministerio Público, y desde allí, a revisar e intervenir las cuentas bancarias de los dirigentes que vinculan con la oposición. Además, la policía y la Fuerza Armada están interviniendo y escuchando los teléfonos de dirigentes opositores y se libran dan órdenes de allanamiento y de captura permanentemente.

¿De qué manera están limitando la movilización de la gente?

- Las manifestaciones han sido reprimidas  con equipo bélico señalado para la guerra. Hasta ahora, habíamos logrado en la reforma policial que el apoyo militar en asuntos internos se diera exclusivamente bajo orden de seguridad. Pero acá está sucediendo lo inverso: la policía responde órdenes de los militares. La represión de manifestaciones ha sido muy violentas. En tres de ellas se han hecho disparos y en la del domingo pasado, en donde se esperaba el aterrizaje del presidente (Zelaya) se produjo la muerte por fusilamiento de dos jóvenes mediante el disparo de fusiles militares.

¿Han logrado documentar los hechos para que se actúe, por lo menos, internacionalmente?

- Hay imágenes de fotografías y videos. En las cercanías de los aeropuertos habían apostado tanquetas y francotiradores frente a unos manifestantes que estaban completamente desarmados. También se han usado armas químicas en tres oportunidades y la semana pasada apareció el cuerpo de un desconocido salvajemente golpeado, en una zona que fue un cementerio clandestino de la guerra fría. El muerto tenía una camiseta de militante en favor de Zelaya.

¿Tienen indicios de que haya desaparecidos?

- Es que mucha gente de otras ciudades no saben si sus familiares no han vuelto porque están en Tegucigalpa o por otra cosa. Estamos haciendo un relevamiento de personas que pueden estar desaparecidas.

¿Con qué herramientas de comunicación cuentan para comunicarse con la gente de su país y poder recabar estos datos?

- Sólo hay dos medios en los que se puede transmitir comunicación. En los demás, se considera equivocadamente que darle espacios a las organizaciones sociales y de derechos humanos es dárselo a partidarios de Zelaya. Las empresas privadas creen que es suficiente para decir que la democracia funciona con que ellas puedan funcionar con cierta normalidad. Pero no se dan cuenta que sólo quedan 3 embajadores extranjeros en Honduras, lo que marca el nivel de rechazo que tiene en el mundo el gobierno del golpe.

¿Cómo se vive la situación en las zonas más alejadas de Tegucigalpa?

- Bueno, los militares comenzaron a reclutar gente en los campos bananeros obligatoriamente, instaurando el servicio militar, con la excusa de que podía producirse un enfrentamiento. Pero fueron siendo liberados luego, por presión de las organizaciones internacionales. Lo que empezó como reclutamiento forzado terminó siendo algo ahora selectivo, promoviendo el control y buscando desmovilizar al campesinado rural, para que no se organice como resistencia al golpe, ya que en el campo hay muchos trabajadores que rechazan lo que está pasando y muchos sindicatos que los agrupan.

¿De qué manera las organizaciones internacionales pueden monitorear este proceso?

- Desde el martes después del golpe, la Comisión Interamericana de los Derechos Humanos viene pidiendo entrar al país, pero no se lo han permitido. Ellos quieren venir debido a la gran cantidad de denuncias que están recibiendo.

¿Qué esperanzas tienen ustedes en la mediación que encabeza el presidente Arias en Costa Rica?

La mediación, desde la perspectiva de la restauración del orden constitucional, puede ser positiva. Pero aquí se están posicionando en los puestos estatales y no creo que sea tan claro que puedan abandonar el poder. Están disfrazando la situación del golpe con una imagen de apego a la ley que no es así.

¿Sirvió de algo la concena de la OEA y de los países latinoamericanos?

Claro que sí. Simbólicamente es muy fuerte. Pero hay que tener en cuenta que la mayor parte de los fondos provenientes de la cooperación internacional que recibe Honduras no llega desde Latinoamérica, sino que proviene de Europa y, por eso, la sanción de la OEA no afecta directamente. Hace falta que Europa se manifieste contundentemente en contra del golpe. Y lo que pedimos a la mediación es que no debe ser negociable es la actuación de las organizaciones de derechos humanos en Honduras.

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