lunes, 20 de julio de 2009

EL CINISMO Y SU JURISPRUDENCIA

Galel Cárdenas

Un nuevo derecho ha nacido en la república, el derecho del poder inteligente, es decir de los que esgrimen argumentos jurídicos asistidos por las armas, por la uniformidad del pensamiento, por la aplicación de una justicia que sólo pertenece al poder mismo.

Este nuevo derecho, sólo se aplica al que está fuera de sus convicciones ideológicas, es un derecho retorcido, ambiguo tendencioso.

Además, es un derecho esgrimido y aplicado con premeditación, alevosía y ventaja. La decisión de la aplicabilidad del derecho está tomada primero en los círculos políticos que se reúnen en lugares predeterminados exclusivos.

Después se estudia la ley con toda la intención de golpear al enemigo previamente escogido en el ámbito político, el estudio debe arrojar un resultado específico, de tal modo que sea en primer lugar, vendido como un objeto mercantil y luego consensuado en el contexto mediático; en este momento el imputado ya no tiene salida por que se han tomado todos los intersticios posibles de defensa, aquí intervienen todas las instituciones posibles para provocar una encerrona legal, como cuando se pone la ratonera en un lugar donde el animalejo tiene otra alternativa que el paso obligado hacia la trampa.

Pero, ahora entra otra etapa, penúltima, y es que se necesita un cuerpo armado que pueda destruir cualquier reacción en reversa.

Así, la víctima no tiene otra salida que caer como un ente humano sin voluntad ni fuerzas para defenderse personalmente.

El nuevo derecho nace por la convergencia de un poder omnímodo, que se alimenta además desde el exterior con financiamiento tan generoso que el escrupuloso mejor se hace a un lado para darle paso a lo injusto-justo, a lo ilegal-legal, a lo malo-bueno, en fin, al

 enmascaramiento total de un hecho jurídico que nadie puede desvirtuar, condenar o retroceder.

Ante este nuevo derecho, fundado por una ideología intolerante, queda la desobediencia civil.

Cualquier parecido con la realidad es mera especulación, desvarío o simple coincidencia nacida del pensamiento enfermizo que  ve gorilas represores en donde existen ángeles sagrados.

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