miércoles, 29 de julio de 2009

Carta a Palmerolo a un mes del Golpe

El Paraíso, 28 de julio 2009

Palmerolo, Paisano borrico:

Tu carta de ayer me ha hecho reflexionar a fondo sobre la situación tan difícil, para un pueblo, que pese a estar recogiendo sus muertos ha declarado que se mantiene en la lucha pacífica.

Su valentía contrasta con la actitud de guerra auspiciada por las fundaciones de los sectores más conservadores del planeta; las mafias, las duras mafias que desangran el planeta haciendo negocio con sus empresas armamentistas. Es increíble que existan condes dráculas que adornan sus castillos con la sangre de víctimas inocentes. Y como es posible que los menguados presupuestos de los países, tan pobres como Honduras, del nivel de los países africanos pobres en el corazón del continente ¿Cómo es posible que canjeemos nuestro dolor, nuestras carencias, comprando armas y manteniendo el ejército a costa de retrasar el desarrollo de la patria?

De niño recuerdo la guerra del fútbol, entre Honduras y el Salvador en 1969. Una guerra que duró sólo cien horas, gracias a que intervino la OEA; de otra manera el derrame de sangre hubiera sido de mayor horror, pues las tropas salvadoreñas venían en avanzada, Honduras no contaba en realidad con las tropas que aparecían en nómina: Los coroneles de aquel tiempo, por años cobraban planillas de dos mil doscientos soldados por batallón, cuando en la realidad sólo tenían, entre cuatrocientos y quinientos soldados. Y mal pagados, pues les cobraban hasta el rancho que consumía. Esa era la manera de acrecentar sus haciendas. Así estafaban al estado y se burlaban de la decencia y la humildad de un pueblo durante la dictadura militar. Fue así, al momento de hacer frente a la defensa de la patria, no contaban, ni con tropa, ni con armamento adecuado; pues el negocio pando siempre será una fractura contundente en la columna vertebral de la patria.

Al negociar un cese al fuego, la OEA nos salvó de sufrir más de lo ya sufrido en apenas una guerra de cuatro días y horas. Y siempre así, el armamentismo a nivel mundial es una de las industrias del crimen, la mentira y el miedo, mejor plantado, mejor planteado, mejor patentizado. Es la industria más poderosa y adelantada. La industria de la muerte. De cuya saña se alimentan las bestias carroñeras.
Ahora nuestro pueblo, a quien deberemos en lo que sigue de la historia el más grande los homenajes, ha decidido enfrentar el armamentismo, exponiéndose a sí mismo, dando su sangre y a sus hijos, para que no prospere la guerra.

Los soldados son hijos del pueblo, pero están disparando contra su pueblo. Obedecen órdenes oscuras cuando deberían obedecer la Constitución. La Primera Dama: Xiomara Castro de Zelaya, de frente y con carisma de maestra y madre, les ha leído la constitución a la tropa en los retenes; pero la tropa tiene miedo. Ellos temen que la misma maquinaria de la muerte a la cual pertenecen, se los coma, si no obedecen a sus superiores, sus dueños, sus señores.

Como puedes ver, en un régimen de dictadura y fuerza, los valores no valen, sólo el miedo, el crimen, el atropello, la amenaza, la barbarie. Esa es la nueva constitución que impera en Honduras durante estos días. La demagogia y la mentira son los hilos con que han zurcido sus pabellones falsos que exhiben ante los congresistas norteamericanos de derechas que han venido a solidarizárseles. Por que el crimen no solamente tiene adeptos, sino también demonios demoledores que inspiran sus actos de abuso.

Estos, que han desoído las voces que claman auxilio humanitario para las personas que están sin comida, sin medicamentos y hasta sin agua, en el cerco de Alauca y de las Manos, a manera de campos de concentración neofascista. Estos tetrarcas de la ignominia han venido a pasear su sombra de complicidad ante los sicarios del pillaje a la patria y el asesinato de sus hijos. Estos mismos son los socios de la bolsa de valores que patentan las fábricas armamentistas.

Es así, y no de otra manera como ese árbol del mal da frutos mi querido Palmerolo. Y como dijo Jesús de Nazaret, por sus frutos conoceréis el árbol, el mismo que dijo que la que la higuera sin frutos, debería ser arrancada de raíces y echada al fuego.
Estos son tiempos de verdades, por eso la cultura de la mentira agrede y se desnuda tal cual es: violenta, abusiva, sangrienta y cerrada. Y en cambio, el pueblo, paga la factura, con su sangre, con su sacrificio, pero ya no con silencio, indiferencia, ni bajando la testa. Ya que la Constitución lo ampara en la desobediencia, porque toda autoridad que hoy ostenta el poder por medio de las armas y de la fuerza, es nula.

¡Amigo: ánimo, ánimo! y ten cuidado, que andan los asesinos sueltos, los demonios aprovechan esta oscuridad a su favor. Y rebuzna, que tus rebuznos nos dan ánimos y nos hacen saber, que ningún golpe será nunca más grande que el eco de las montañas, el bullicio de los pájaros y la fastuosidad del arcoíris. Ningún toque de queda detiene el viento, apaga la luz del sol, ni revierte el destello de la luna y la intensidad de las estrellas, de cuya maravilla se alimenta la imaginación y la valentía del pueblo que hoy crece en la lucha y construye un legado de dignidad.

Te abrazo con emoción y el agrado de ser tu amigo.

Candelario Reyes García
Tu amigo poeta.

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