From: Junta Directiva Central ODECO
Junta Directiva Central ODECO
Las Comunidades Garifunas y Afrohondureñas: Río Esteban, San Antonio, Corozal, Sangrelaya, Cayo East End, Cayo Cochino, Punta Gorda, Cristales y Río Negro, Ciriboya, San Juan, Monte Pobre, Cusuna, Tocamacho, Batalla, Nueva Go, Nueva Armenia, La Ensenada, Río Tinto, Sambo Creek, triunfo de la Cruz, Colonia Alfonso Lacayo, Limón, Santa Rosa de Aguan , Guadalupe, El Porvenir, La Rosita, Plaplaya, Masca, La Ceiba, Cayo Venado y Tegucigalpa, así como las Organizaciones que se nominan a continuación: Asociación de Pescadores de Río Esteban, Wafaluma, Club Lagrimas de Corozal, OPROMEP de Punta Gorda, ECOSALUD, MALA POLIA, CEINCOT, Centro de la Cultura Garífuna de Honduras, Junta de Agua de Corozal, Club de Danzas No Vale, Jóvenes de Masca, Club Cangrejo de Nueva Armenia, Patronato de Nueva Armenia, Patronato de Cayo Venado, Club de Danzas Primero de Enero de Nueva Armenia, Organización Wachari, Patronato de La Rosita, Club Críticos de Corozal, Club Cinco Cinco de La Ceiba, Pastoral Católica Garífuna, Patronato de
La Ensenada, Patronato de Triunfo de la Cruz, Patronato de Río Tinto, Patronato de Monte Pobre y Patronato de Nueva Go, atendiendo la convocatoria de la Organización de Desarrollo Étnico Comunitario ODECO, para llevar a cabo la Asamblea Nacional Afrohondureña con el objetivo de analizar la situación política del país y Definir el papel de las comunidades y organizaciones afrohondureñas en la solución de la Crisis que enfrenta la República de Honduras, reunidos en el Centro Cultural Satuye, agradeciendo a Dios y los Ancestros por esta ocasión importante en la vida de las comunidades y organizaciones Afrohondureñas, nos dirigimos al pueblo hondureño y a la comunidad nacional e internacional, con la siguiente DECLARACION:
Honduras en los actuales momentos enfrenta una diversidad de opiniones creadas por intereses oligárquicos desde la clase política y económica del país, situación que mantiene polarizada, enfrentada y dividida a una buena porción de la población hondureña y cuyos efectos pueden ser negativos para toda la población y de manera particular para nuestras comunidades afrohondureñas desembocando en inestabilidad social, económica y política cuyas principales víctimas son y serán los sectores históricamente marginalizados, excluidos y pobres que constituyen más del 70% de los hondureños.
Las Comunidades y Organizaciones Afrohondureñas se han mantenido expectantes ante los recientes acontecimientos del país; lo que para la comunidad internacional y el Presidente depuesto es un golpe de estado, para el Gobierno en funciones es una sucesión constitucional.
Para las comunidades Garifunas y Afrohondureñas en general Honduras, continua siendo una sociedad excluyente, caracterizada por el aumento de los índices de desempleo, así como de la canasta básica familiar, falta de oportunidades, aumento de la delincuencia, despojo sistemático de nuestras tierras y territorios, fuerte injerencia del narcotráfico, falta de representación proporcional y representativa de las comunidades en la vida pública del país y falta de orientación de los diferentes recursos económicos, humanos, técnicos y científicos para fomentar e impulsar el desarrollo integral de las comunidades y poblaciones Afrohondureñas.
La comunidad Afrohondureña representa aproximadamente el 10 por ciento de la población hondureña, ubicados especialmente en los cinco departamentos del Litoral Atlántico. Sin lugar a dudas será uno de los sectores mas golpeados por los efectos del endurecimiento de la situación económica derivada de la crisis política que mantiene enfrentados a la clase dominante. Frente a lo cual recomendamos el ahorro, la fuerte organización en barrios y comunidades, el cultivo de alimentos de rápida cosecha, la asistencia mutua y solidaria.
Se deben garantizar las tierras y territorios de las comunidades Garifunas de Honduras, respetando los títulos definitivos de propiedad, así como sus posesiones ancestrales, dotando de seguridad jurídica y acompañamiento técnico, científico, económico y financiero para la ejecución de proyectos productivos que generen oportunidades de empleo y superación personal y colectiva.
Reiteramos nuestra condena al golpe de estado perpetrado el pasado 28 de junio contra el Gobierno depuesto, como también el irrespeto y violación constante a las leyes vigentes y al estado de derecho en contra de la ciudadanía que piensa y actúa diferente a los deseos y verdades pregonadas por la clase política y económica dominante, quienes legislan, controlan y castigan a su antojo y conveniencia valiéndose de las instituciones legalmente instituidas.
Los ejemplos son numerosos, ninguno de los conflictos políticos han sido resueltos por otra vía que no haya sido el diálogo y la negociación política. Muchos países han aportado cientos de miles de muertos y las diferencias no se han podido resolver, finalmente han tenido que recurrir al diálogo político para superar sus diferencias.
Nos pronunciamos absolutamente en contra de la intromisión de otros gobiernos en nuestros asuntos internos, apelando al principio de la libre autodeterminación de los pueblos, de igual manera abogamos por el pleno respeto a la libertad de expresión y a los demás derechos humanos de todas las personas que se encuentran y conviven en el territorio nacional.
Consideramos de vital importancia que el sector magisterial retorne a las aulas, para que se normalicen las clases en todos los centros educativos. Las comunidades garifunas son de los sectores que presentan los menores porcentajes de educación formal, especialmente en los niveles secundarios y universitarios; la ausencia de educación de calidad profundiza la deuda social, la ignorancia, se amplía la brecha entre ricos y pobres y se perjudican los cimientos del futuro del país, condenándolos a la postergación social, económica, política, técnico, científico, humano y ambiental.
Aspiramos a reformas profundas de la Ley Electoral y de las Organizaciones Políticas para hacer posible elecciones separadas para alcaldes, diputados y Presidente de la República, así como flexibilizar la participación de las candidaturas independientes, las coaliciones y las alianzas políticas. Dichas reformas también deberían contemplar la participación proporcional y representativa de los pueblos Afrohondureños e Indígenas en los diferentes poderes del Estado y en los propios partidos políticos.
Garantizar la participación de nuestras comunidades y organizaciones Afrohondureñas dentro del GRAN DIALOGO DE EMERGENCIA NACIONAL, así como la creación de un observatorio para monitoreo de avances de los Grandes Acuerdos que surjan del Gran Diálogo Nacional. Dicho observatorio deberá tener representación de las comunidades y organizaciones Afrohondureñas y otras poblaciones que constituyen la hondureñidad, esperando que dicho diálogo desemboque en el necesario PLAN DE NACION orientado a corregir las inequidades que persisten para fortalecer la identidad y la democracia, que sea incluyente y de todos los sectores y poblaciones.
Nos comprometemos a promover y a participar en las alianzas e iniciativas sociales que tengan por objetivo alcanzar el consenso para el fortalecimiento de la democracia y desarrollo de los pueblos.
Es urgente garantizar la libertad de expresión y la seguridad personal de todos los ciudadanos y ciudadanas, evitar la represión y otras violaciones de los derechos humanos; así como conjugar esfuerzos para impedir que se regrese a la temible, retrograda y tenebrosa década perdida de los años 80, garantizando los derechos y libertades, contemplados en la Constitución de la República y los Convenios Internacionales.
Para superar las contradicciones políticas, no hay otro camino que el DIALOGO POLITICO indefectiblemente las comunidades y organizaciones Afrohondureñas tienen que estar presentes, participar, tener voz en todos los diálogos que busquen la reconciliación de la familia hondureña.
La sacudida política social, está obligando a hablar de paz y democracia, a coro se escuchan las voces repitiendo y promoviendo la paz y la democracia, pero este binomio no será realidad mientras haya hambre, desempleo, injusticia, persista la galopante corrupción no se promuevan profundas reformas políticas y económicas para hacer posible la educación la salud y el bienestar de todo el pueblo hondureño.
Si la clase política y económica dominante no entiende esta realidad, será imposible consolidar la paz y la democracia.
Dado en la ciudad de La Ceiba, Atlántida, a los 14 días del mes de Julio de 2009.
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