Revista Contra Punto
SAN SALVADOR - El golpe de Estado que se gestaba en Honduras se ha concretado este domingo: unidades del Ejército ocuparon la sede de la presidencia tras detener por la fuerza al presidente Manuel Zelaya, informaron medios locales. Zelaya fue expulsado a Costa Rica y la tensión reina en Honduras, con un toque de queda por 48 horas.
Temprano de ese domingo, Zelaya fue conducido a una base aérea militar en Tegucigalpa, confirmó su secretario privado, Eduardo Enrique Reina, que condenó el hecho e hizo un llamamiento al pueblo a defender la democracia del país.
Aviones y helicópteros patrullaban la capital, en tanto que unos 200 manifestantes se congregaron frente a la casa de gobierno. Imágenes difundidas por CNN mostraban a soldados patrullando los alrededores de la casa de gobierno y en actitud amenazante apuntaban sus fusiles a periodistas que intentaban cubrir los sucesos.
La detención de Zelaya se produjo a las 06:00 horas (12:00 horas GMT), poco antes de que se abriera la votación en una controvertida consulta popular sobre la futura convocatoria a un referéndum –si es que el resultado era el “sí”— de reforma constitucional que en los últimos días había enfrentado al presidente y el ejército.
La consulta buscaba preguntar a la población, este domingo, si está de acuerdo en incluir en las elecciones generales de noviembre una pregunta en torno a la posibilidad de que se reforme la constitución de la República, para que se permita la reelección presidencial, una aspiración que al parecer tenía en mente Zelaya. Sin embargo, la consulta de este domingo no era vinculante en términos legales.
Encapuchados se lo llevan en piyamas
A eso de las 8:30 de la mañana de este domingo, se supo que Zelaya había sido llevado a Costa Rica, y horas más tarde, a eso de las 11 a.m., él daba detalles de lo sucedido en conferencia de prensa en la capital costarricense, acompañado por el presidente Óscar Arias.
Dijo que encapuchados habían llegado a su residencia y a punta de pistola lo habían “secuestrado” y llevado al aeropuerto hondureño, tras lo cual lo enviaron a Costa Rica. “Fui víctima de un secuestro, a mano armada, sacado de mi casa con armas de grueso calibre apuntándome”.
Zelaya acusó a los grupos de poder económico de su país como los que incitaron a las Fuerzas Armadas de su país a cometer este golpe de estado. “No son todos, es un grupo de ambiciosos militares que algo les han ofrecido por este secuestro”, dijo.
Manuel Zelaya se adhirió el año pasado a la iniciativa Bolivariana de las Américas (ALBA), que impulsa el presidente venezolano Hugo Chávez, situación que generó el recelo de la derecha hondureña.
Por su parte, Arias dijo: “Él es el presidente constitucional de Honduras, y lo que esto refleja es que las instituciones democráticas de América Latina siguen siendo frágiles”. “Este golpe de estado es un retroceso en este avanzar de la democracia”, añadió.
Zelaya dijo que asistirá a una reunión de presidentes de la región que ya estaba programada para este lunes 29 de junio en Managua, Nicaragua. A partir de los sucesos políticos sucedidos en Honduras, la cumbre presidencial se convertirá en una muestra de rechazo al golpe en ese país, y un mecanismo para buscar la pronta restitución de la democracia en Honduras, han dicho analistas.
Funes rechaza el golpe
A la misma hora en que Zelaya daba la conferencia de prensa, el presidente Mauricio Funes daba declaraciones a la prensa rechazando el golpe en el vecino país.
Funes pidió la restitución “inmediata” de su homologo hondureño Manuel Zelaya y condenó el golpe de Estado realizado por militares de ese país como respuesta a su llamado a consulta popular para buscar una reelección.
Funes dijo en rueda de prensa que su gobierno pide la “inmediata restitución del presidente constitucional de Honduras, Manuel Zelaya” y a su vez expresó su “profundo repudio, (y) su enérgica condena a la ruptura del orden constitucional” del vecino país centroamericano.
El mandatario exigió el respeto a los derechos humanos y la integridad de los ciudadanos y funcionarios hondureños, a sí como el de diplomáticos. Además, pidió el cumplimiento de la Carta Democrática Interamericana, de la cual son signatarios los países miembros de la Organización de Estados Americanos (OEA).
Funes indicó que sostuvo una conversación telefónica con el presidente Zelaya para reiterarle su “solidaridad” ante el hecho perpetrado por militares hondureños y grupos conservadores de derecha.
El presidente salvadoreño dijo que sostuvo conversaciones con sus homólogos de Nicaragua, Daniel Ortega; de Guatemala; Álvaro Colom; Brasil, Luiz Inacio Lula da Silva, quienes le manifestaron su preocupación por la inestabilidad en el país centroamericano.
El Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (Fmln), el partido que llevó a Funes al poder, también se solidarizó con el presidente hondureño Manuel Zelaya, y rechazó lo que consideró acciones “impulsadas por sectores antipatrióticos políticos y económicos que buscan desestabilizar y quebrar el estado de derecho de esa nación hermana.
En San Salvador, activistas de izquierda y miembros de la sociedad civil se congregaron frente a la sede de la embajada de Honduras, y tras condenar el golpe militar, reclamaron la restitución de la democracia en aquella nación.
La Iglesia Católica salvadoreña también expresó su deseo de que se solucione a la “mayor brevedad” la inestabilidad política en Honduras. “Esperamos que las cosas vuelvan pronto a la normalidad”, dijo en rueda de prensa el obispo auxiliar de San Salvador, Gregorio Rosa Chávez.
lunes, 29 de junio de 2009
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