POR EDUARDO ANGUITA
25-09-2009 /
Mientras los líderes del mundo llegaban a Nueva York para participar de la asamblea de la ONU, el depuesto presidente Zelaya apareció en la embajada brasileña de Tegucigalpa.
Eduardo Anguita
“Primero se llevaron a los comunistas,
pero a mí no me importó porque yo no lo era,
enseguida se llevaron a unos obreros,
pero a mí no me importó porque yo tampoco lo era,
después detuvieron a los sindicalistas,
pero a mí no me importó porque yo no soy sindicalista;
luego apresaron a unos curas,
pero como yo no soy religioso,
tampoco me importó;
ahora me llevan a mí,
pero ya es demasiado tarde”.
Bertolt Brecht”.
“Si no viviéramos en Latinoamérica, donde los golpes de Estado son una vieja tradición de las oligarquías locales asociadas a corporaciones estadounidenses, se podría pensar que Micheletti no tiene nada que ver con Carmona ni con Macri o De Narváez. Pero hace muy poco, en Bariloche, cuando se celebró la cumbre de presidentes de Unasur, el colombiano Álvaro Uribe describió con precisión la necesidad de bases estadounidenses en su país para colaborar con la paz del continente.
“Sus frases, dirigidas a combatir todo tipo de enemigos, podrían ser leídas, 70 años después con la sentencia de Brecht. Primero se llevaron a los colombianos, pero no me preocupé, porque no soy colombiano. Luego se llevaron a los hondureños, pero tampoco me preocupé…
“Por suerte, una memoria fértil alumbró en Latinoamérica y, por qué no, también en el norte del continente. Hoy, los golpes de Estado no gozan de impunidad. Se viven días cruciales. Si Honduras logra evitar el atropello, habrá una deuda de gratitud de todos los hermanos del continente. Si la dictadura logra mantenerse en pie, la deuda será doble, porque además de agradecer por la resistencia, habrá que usar la inteligencia y apelar a la determinación para que sus días terminen pronto. “
Si no viviéramos en Latinoamérica, donde los golpes de Estado son una vieja tradición de las oligarquías locales asociadas a corporaciones estadounidenses, se podría pensar que Micheletti no tiene nada que ver con Carmona ni con Macri o De Narváez. Pero hace muy poco, en Bariloche, cuando se celebró la cumbre de presidentes de Unasur, el colombiano Álvaro Uribe describió con precisión la necesidad de bases estadounidenses en su país para colaborar con la paz del continente. Sus frases, dirigidas a combatir todo tipo de enemigos, podrían ser leídas, 70 años después con la sentencia de Brecht. Primero se llevaron a los colombianos, pero no me preocupé, porque no soy colombiano. Luego se llevaron a los hondureños, pero tampoco me preocupé…
Por suerte, una memoria fértil alumbró en Latinoamérica y, por qué no, también en el norte del continente. Hoy, los golpes de Estado no gozan de impunidad. Se viven días cruciales. Si Honduras logra evitar el atropello, habrá una deuda de gratitud de todos los hermanos del continente. Si la dictadura logra mantenerse en pie, la deuda será doble, porque además de agradecer por la resistencia, habrá que usar la inteligencia y apelar a la determinación para que sus días terminen pronto.c Eduardo Anguite, periodista argentino
07/10/09 12:14 p.m.
En estos en un hotel capitalino se inicia un diálogo entre los representantes he Manuel Zelaya, los representantes de Roberto Micheletti y once cancilleres de la OEA para finalizar la crisis de103 días en Honduras.
mmedina
.......
miércoles, 7 de octubre de 2009
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