martes, 7 de julio de 2009

Entre Usted y yo, A: cardenal Oscar Rodríguez

De: Alex Dario Rivera

A: cardenal Oscar Rodríguez

Don Oscar Rodrìguez, a pesar de sus declaraciones, me sigue dando placer saludarle.
Primeramente, quiero decirle que estas letras quedaràn -si Usted decide leerlas- entre ambos, nadie màs. Mire, muchas de las personas que conozco, aseguran que soy un hombre ateo, sin entrar a analizar el tèrmino -desde luego- pues entrariamos en otro debate que corresponde a los teologos como Usted; lo anterior se lo menciono, porque esa es la percepciòn que las personas tienen de un sujeto que como yo, no se congrega a ninguna iglesia, no reza como Ustedes enseñan, no se persigna, no da ofrendas a ninguna congregaciòn, ni lo que hago lo hago en nombre de Dios; pese a ello, crecì visitando una iglesia protestante hasta los doce años cuando por vez primera observè que los ricachitos de mi pueblo (Santa Bàrbara) se sentaban en la
primera fila y, nuestra familia, encabezada por un "chofer" de buses interurbanos que fue mi padre, nos acomodabamos en la ùltima. Me enterè de ello, porque una vez, muy inquieto fuì a querer estar cerca de la niña que cantaba con una voz angelical en el coro y de la cual a mis doce años, me habìa enamorado; el "pastor", me reprendiò: "Sientese allà atràs porque ya vendrà el hermano P...". A esa edad comprendì, que el Jesùs del que me hablaban en la escuela dominical, era distinto al que se desprendìa de las acciones de los cristianos, de los "hermanos" que cada tres
veces nos encontrabamos en aquel edificio, en el cual, nunca encontrè un verdadero hermano. Incoherencia, era una palabra que no estaba en mi leguaje de aquel entonces, pero la comprendìa en la pràctica, desde entonces, sigo admirando a Jesùs, pero por mucho que lo he buscado en las iglesias, nunca lo encontrè. Busquè en la calle, en este lugar encontrè amigos/as mucho màs solidarios, transparentes, honestos y humanos que los que conocì en aquel templo, y con ellos, comenzamos a ser cristianos sin mencionar a Jesùs, sin màs dogma que el estar y el ser con el otros, con los otros, hacìa afuera; luego leì una frase maya que me hizo comprender una visiòn màs cercana a lo que aquel Jesùs me enseñò de niño: Yo soy tu y tù eres Yo; En la calle compartimos, disfrutamos, reìmos y eramos capaces de ofrendar la vida por los amigos del grupo.

El Dios mìo, que en teorìa es el mismo suyo, aùn nos acompaña, creo en èl, aunque no creo lo que Ustedes dicen de èl, sobre todo, porque no han sido capaces de hacer lo
que Jesùs predicaba, ya que èl es el profeta. Jesùs se identificò con los pobres, naciò en pesebre, llegò en burro, hijo de carpintero, cuestinò al Cesar, a los
fariseos (Templos Blanqueados) y, perdonò a los "pecadores", a "las prostitutas" y de ellos, con su perdòn transformados, se hizo acompañar. Jesùs predicò, la
multiplicaciòn de los panes, el compartir, defendiò la justicia y manifestô "es màs posible que un camello entre por el ojo de una aguja, que un rico entre a los Reinos", eso que cuestionò, tiene las mismas caracterìsticas de un capitalismo crudo, tal como el que Usted ahora defiende.

Nos duele, percibir como lìderes religiosos como Usted, Evelio Reyes, Misael Argeñal y muchos màs, toman posturas polìticas que se alejan de la bùsqueda del bien comùn, dela justicia; nunca lo hemos visto a Usted, manifestarse en contra de la invasiòn homicida de los gringos a Irak, pero, lo ha hecho de manera reiterada contra Hugo Chàvez, un indio como yo, como Usted, que ahora gracias a la recuperaciòn del petroleo de su paìs, ha levantado la voz en nombre de los "come mierda" que nunca habìamos podido desafiar toda la injusticia del paìs del norte contra nuestros pueblos.

Ahora, sus palabras denotaban, no una postura conciliatoria, ni justa, puesto que si tuviese esas caracterìsticas, hubiese hablado de no justificar a los golpistas, de permitir que Zelaya cumpliese su perìodo, que consultara al pueblo para incorporar una cuarta urna en la que los pobres manifestaramos nuestros descontento con la
oligarquìa polìtica y econòmica que nos han gobernado.

Otra cosa, quiero comentarle que no soy Melista, soy objetivo, este ha sido un gobierno con muchos desaciertos, mal manejo de fondos de la ERP (que Ustedes nunca
denunciaron abiertamente), corrupciòn, show publicitario, un populismo gastado, etc. etc., pero, muchos hondureños y hondureñas, consideramos que si lo compararamos con
Callejas, Azcona, Reina, Flores y Maduro, este se distancia significativamente porque comenzò a acercarse a una propuesta que -hasta este momento teòrica- se orientaba a construir bases para una mayor participaciòn de los que no nos ganamos la vida con una corbata o una sotana, sino con nuestros ardùo trabajo modesto, pero digno.

No podemos tener "pastores" como Usted, que se olvidan de los pobres y aparecen en las pàginas sociales con una plàstica sonrisa acompañando el Baby Showers, Graduaciones, Cumpleaños, Fiestas de la "Suciedad", mientras Ustedes posan para los flashes y degustan los platillos "delicatecen", muchos paisanos y paisanas se van a
la cama, sin bordo de tortila en la "panza". ¿Por què hablar de dialogo y reconciliaciòn ahora que esta oligarquìa a logrado polarizar a nuestra sociedad? ¿Por
què no se manifiesta contra el cerco meciàtico? ¿Por què no aboga por el campesino, maestro, sindicalista y sus laicos que son apaleados por el sèrvil ejèrcito de este
paisito que ustedes creen ser dueños? ¿Por què no se manifiesta por negar la posibilidad de consultar al pueblo? ¿por què si es coherente con su discurso de respetar la Constituciòn de la Respùblica, ahora permite y tolera que
este grupùsculo la violente, una vez màs? ¿Cuàl es su Jesùs o serà que adora a Judas, aquel que entregò al mesìa por unas monedas de plata? ¿Sèrà el Herodes reencarnado en Usted? Cuenteme, quiero escucharlo (leerlo), conversemos,
a lo mejor, el que nunca encontrò a Jesùs fuì yo, pero si es el mismo Jesùs que Usted predica, de ahora en adelante, dejarè de buscarle, ya no me interesa.
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Saludos de Romero, Angeleli, Carney, Rutilio Grande, Proaño, Ellacurìa, Silvia, Gerardi y muchos laicos y laicas que encuentro por estas serranìa, hablàndole a los
pobres de un tal: Jesùs el Galileo. Un abrazo y un beso, no como el de Judas, sino como el de una persona que vive acà en Santa Bàrbara, que siempre a trabajado tomado de la mano de los mismos mìos, los pobres.

Este es el nùmero de mi esposa, me gustarìa que nos escucharamos la voz, ojalà algùn dìa, nos miremos a los ojos. Espero no considere mi sinceridad, una falta de respeto, no puedo agachar la cabeza, ni silenciar mi voz, ante una persona que para mì, solo es un paisano màs. Alex Darìo Rivera M.

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